Capítulo 1. Medio ambiente y derecho penal - La protección penal del medio ambiente y los delitos de fauna - Libros y Revistas - VLEX 1025753695

Capítulo 1. Medio ambiente y derecho penal

AutorJorge Eduardo Buompadre
Páginas15-85
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La protección penaL deL medio ambiente y Los deL itos de fauna
caPÍtulo 1
medio amBiente y derecho Penal
i. introducción
Los problemas ambientales son, en verdad, tan antiguos como el hombre.
Slo que actualmente el problema se ha cuanticado y vericado en su
real dimensión. En las sociedades desarrolladas, la temática ambiental se
ha planteado en términos de contaminación, de manera que el problema
es puramente de tipo tecnológico. En las sociedades subdesarrolladas, en
cambio, el problema es, más bien, socioeconómico y político que tecnológico,
puesto que el objeto de preocupación está dirigido a cuestiones derivadas del
propio subdesarrollo, como ser problemas de carácter sanitario, habitacional,
poblacional, de destrucción de ciertos recursos naturales, etc., que a cuestiones
propiamente ambientales.
Si bien estos problemas subsisten en los países en vías de desarrollo,
pareciera ser que la diferenciación en el tratamiento de los problemas
ambientales no puede ser tan tajante.
En la actualidad, la problemática que plantea la degradación del
entorno natural, particularmente en países como los de América Latina,
son de semejante o mayor magnitud que la de los países industrializados,
precisamente por la falta de una política legislativa tendiente a la protección
de los valores ambientales.
El deterioro del medio ambiente puede analizarse hoy con la conjunción
de tres factores: a) la explosin demográca; b) el perfeccionamiento de los
medios técnicos y el aumento masivo de la energía disponible; y c) el aumento
de las necesidades individuales creadas culturalmente. Detrás de todos estos
problemas está el hombre. El deterioro del entorno natural no se produce
por sí mismo. Es el hombre su principal agresor. Es en este ámbito, tal vez el
único, en el que el hombre es, al mismo tiempo, autor y víctima de su propio
obrar agresivo. Y esta agresin signica, al n de cuentas, un conteo regresivo
para las condiciones de la vida. Este continuo deterioro del ecosistema está
comprometiendo el presente y el futuro de la humanidad, precisamente por la
labor sistemática de destrucción de los recursos naturales que se está llevando
a cabo.1
1 Conf. BORGA CARDELUS y MUÑOZ SEC A, “Principios comunes para la utilización
de los recursos del medio físico”, Ecología y Ambiente, Documentación Administrativa.,
N°190, Madrid, 1981, p. 83. Según una información publicada por el periódico La Nación,
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Jorge eduardo Buompadre
Actualmente está absolutamente demostrado que para la preservación
del patrimonio ecológico se requiere de una acción concertada e
interdisciplinaria, que abarque las necesarias áreas de estudio, inclusive la
penal. La implementación de una política general en esta temática constituye
hoy un imperativo impostergable. Estas reexiones intentan contribuir a tales
objetivos.
ii. asPectos Generales soBre la ProBlemÁtica
amBiental. imPortancia de la PreVención
Alguna vez el hombre ante la imposibilidad de explicar los fenómenos
naturales recurrió a la magia, después descubrió la razón y la endiosó, y al
n dej de buscar la razn última de todas las cosas y se dedic a la ciencia.
Observó, experimentó y sacó conclusiones. Dejó las explicaciones esenciales a
la losofía y se dedic a investigar sobre los fenmenos que observaba.
Cada estadio del conocimiento humano tuvo inuencia en la sociedad
y marcó sus cambios. Los valores tradicionales se transformaron en
valores nuevos, que luego fueron tradicionales y así sucesivamente. Como
consecuencia de ello, para tomar un modelo, p. ej. el de la modernización, la
sociedad, con la Revolución Francesa en el plano político y con la revolución
industrial en el económico, se transformó y a poco se sentaron las bases de la
sociedad industrial, que fue evolucionando progresivamente hasta nuestros
días, A la par que el hombre iba modicando su relacin con la naturaleza,
la ciencia y la tecnología se pusieron al servicio de su bienestar económico.
Por ello puede armarse que la depredacin de la naturaleza comienza con el
hombre y la contaminación del ambiente con la revolución industrial.
En los últimos cien años se ha producido una importantísima transformación
en cuanto al intercambio del hombre y su ambiente, cambio en el que han
tenido mucho que ver la diversicacin de las actividades, el aprovechamiento
de productos más variados que antes y las contaminaciones desconocidas
hasta el presente. Tanto ha sido, y es tan vertiginoso el avance de la ciencia
y la tecnología, que cada día nos desactualizamos respecto del anterior; las
situaciones son nuevas y pretendemos aplicarles las mismas recetas, cuando
lo que se necesita son soluciones más creativas y ecaces que reemplacen las
que ya no sirven. Y eso no es tarea de un solo hombre, sino de los grupos
sociales que deben trabajar en equipo y en forma ordenada y seria. Cualquier
proyecto de lucha contra los medios de destrucción de la vida, para que tenga
éxito, se tiene dicho, requiere del equipo de estudiosos más especia lizado
que pueda concebirse2. Y a todo ello, habría que añadir políticas de Estado
comprometidas con el medio ambiente.
el medio ambiente en Argentina está siendo amenazado, fundamentalmente, por seis
factores: la gestión de los residuos urbanos, la degración de los suelos, la deforestación, la
contaminación de la cuenca Matanza-Riachuelo, la minería de alta montaña y el descarte
de la pesca en el Mar Argentino (ver www.lanacion.com.ar).
2 Conf. FERNANDO CESARMAN, “Crónicas ecológicas”, prólogo, Fondo de Cultura
Económica, México, 1986, p. 11. En un sentido similar, el profesor ALBIN ESER sostiene que
“habría que concebir el futuro derecho del ambiente como un sistema pluridimensional de
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La protección penaL deL medio ambiente y Los deL itos de fauna
La solución tampoco pasa por una vuelta al pasado y un retorno al hombre
en estado de naturaleza. El pasado jamás será una esperanza, advierte
D’ORST, no se puede mirar hacia adelante en un espejo retrovisor.
Debemos reconocer que existe un desfasaje entre los adelantos cientícos
y las concepciones loscas sobre la naturaleza, ya que estas últimas han
permanecido al mismo nivel de cuando sólo teníamos utensilios rudimentarios.
Debemos aceptar que la política humana está excediendo las posibilidades de
la naturaleza que, como corolario, los problemas ecolgicos generan conictos
sociales y que solo una nueva concepción del hombre podrá solucionarlos.
Los problemas deben ser detectados pero no magnicados, ya que tal vez las
exageraciones sean las que impidan que los temores se plasmen en un cambio
en la opinión pública.
El mundo físico y el mundo social están interrelacionados directamente.
Las restricciones físicas acarrean problemas sociales: luchas por zonas
pesqueras, migraciones internas por devastación de suelos, deterioro de
suelos, destruccin de la ora, contaminacin ambiental.
Así también la forma en que el hombre reacciona ante el medio ambiente y
lo transforma, responde a cambios culturales en sus metas, valores y normas.
Se ha tratado de describir la realidad y de predecir el futuro a través de la
construcción de distintos modelos sociales (intuitivos, matemáticos, etcétera).
Todos intentan simplicar el mundo real a n de poder interpretarlo mejor y
se fundamentan en suposiciones de cómo el hombre, sus instituciones y sus
productos interactúan creando tendencias observadas en el mundo real. Pero
como el hombre no reproduce mecánicamente sus conductas, sus acciones y
sus valores, éstos no pueden predecirse con exactitud y ningún modelo puede
predecir el futuro a largo plazo. JORGE RANDERS y WILLIAM BEHERENS3
enuncian que la meta de un modelo descriptivo debe ser estimular el cambio
social a través de pronósticos condicionales que pongan en conocimiento de
la sociedad lo que probablemente sucedería si no se hicieran los cambios.
Un modelo de este tipo puede basarse en la idea de concientizar algunas
suposiciones esenciales, que para estos autores se resumen en las siguientes:
1) una cantidad de tierra nita, 2) una dotacin de recursos no renovables
nita (minerales y combustibles), 3) un límite máximo de rendimiento agrícola
sostenible, y 4) un límite máximo en la cantidad de contaminación que puede
soportar un ecosistema cada año. A partir de estas premisas es fácil profetizar
medidas de planicacin, ejecucin y vigilancia que sean concordantes en la determinacin
de las metas y los correspondientes métodos, encuentren su fundamentos en el derecho
constitucional, se aseguren mediante sanciones y que obtengan tanto respaldo como sea
posible en el derecho internacional. Sólo mediante esta aplicación integradora de medidas
heterogéneas de conservación y mejora del medio ambiente se garantiza una simbiosis
equilibrada entre naturaleza y civilización. De ahí se desprende que la protección del
ambiente no puede ser tarea única de una u otra disciplina jurídica, sino que tiene que
contribuir a ello de manera combinada tanto el derecho público como el civil y el penal
y, en tanto sea posible, también el derecho internacional”, conf. “Derecho ecológico”, en
Temas de Derecho Penal y Procesal Penal, IDEMSA, Lima, Perú, 1998, p.149.
3 Conf. “Los límites del conocimiento humano”, México, 1972. 208.

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