Un tercio de alumnos de Pedagogía no entró con PSU y el resto promedió solo 489 puntos
La crítica situación de los profesores ha tomado relevancia en la discusión de la reforma que impulsa el Gobierno, que ha anunciado que buscará mejorar las condiciones de los maestros y de quienes se están formando para ser docentes. Esto último, dado el complejo panorama que hoy muestra el sistema.
En una década, los programas de Educación crecieron seis veces, superando los 2.700 y preparando hoy a más de 140 mil jóvenes para hacer clases. Sin embargo, un análisis del Centro de Estudios Públicos (CEP) advierte que el 34% de esos alumnos ingresó sin presentar PSU y que el 66% que sí rindió la prueba promedió apenas 489 puntos. Esto significa, por ejemplo, que en la prueba de Matemáticas respondieron menos de 18 preguntas correctas, para un total de 75.
Lo más llamativo -dice Sylvia Eyzaguirre, autora del estudio junto a David Inostroza- es que al mirar por tipo de institución se observa gran heterogeneidad. Mientras en las universidades del Consejo de Rectores apenas el 9% ingresó sin PSU (lo que se explica principalmente por cupos de admisión especial), en las privadas la cifra sube a 39% y en los institutos profesionales a 67%.
Y en estos subgrupos, las diferencias también son sorprendentes, ya que en los planteles menos selectivos, ningún joven presentó PSU (ver infografía).
"A partir de los datos nos damos cuenta de que es fundamental elevar las exigencias de los programas, pero si no mejoramos las remuneraciones de los docentes, no lograremos atraer a los estudiantes con las habilidades que esta profesión requiere", comenta Eyzaguirre.
Beatrice Ávalos, profesora de profesión y premio nacional de Educación, concuerda, pero agrega que las políticas deben tomarse entendiendo que las realidades son distintas a lo largo del país. En efecto, las universidades de zonas extremas se están quedando sin alumnos, complicadas por la exigencia de pedir 500 puntos PSU para poder entregar la Beca Vocación de Profesor a sus mejores alumnos. El análisis del CEP muestra que entre Santiago y esas regiones hay más de 100 puntos de diferencia en la PSU de los jóvenes.
"Un mínimo de 500 puntos sería deseable, y yo creo que se podría poner para todas las universidades y aceptar que existan excepciones bien fundadas, donde se demuestre que aunque seleccionen con menos puntaje, habrá programas de mejora de las habilidades básicas. Esa es una posibilidad real", comenta.
Hernán Hochschild, director de Elige Educar, añade que, aunque es urgente, "estos cambios no...
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