Las tareas de la cereza para transformarse en marca país
Con condiciones de producción excepcionales y todavía con muy pocos competidores, el país está en un punto de inflexión: si se actúa en forma adecuada se la puede convertir en un sinónimo de Chile, así como el kiwi lo es para Nueva Zelandia; es decir, que los mercados y consumidores privilegien a esta fruta chilena por sobre la de los otros países productores y, por lo mismo, estén dispuestos a pagar más por ella.
"La oportunidad es ahora. En cinco años más será muy tarde, por lo que tenemos que empezar ahora", comenta Cristián Tagle, presidente del Comité de Cerezas de la Asociación de Exportadores (Asoex).
Hasta ahora Chile ha sido, desde el hemisferio sur, un jugador casi solitario, pues en la región no hay otras zonas que logren las condiciones de temperatura, suelo y humedad para obtener frutas de la misma calidad. Pero en la distancia ya se perfilan nuevos jugadores. De hecho, en la última temporada, hubo cerezas de Australia que, a pesar de que eran bajos volúmenes, alcanzaron precios superiores a las de las chilenas por sus calibres, comentó Isabel Quiroz, directora ejecutiva de iQonsulting, en el reciente seminario de El Mercurio Campo en Rancagua.
Si bien tradicionalmente Europa y Estados Unidos eran sus destinos, en los últimos años China se transformó en el gran comprador. Actualmente cerca del 85% de las exportaciones chilenas están yendo a ese mercado, que paga precios altos por la fruta de buena calidad, lo que ha llevado a un crecimiento de más de 200% en los últimos cinco años.
Eso está acompañado porque es una fruta que tiene un alto consumo en épocas clave, cuando en el hemisferio norte no hay producción, como Navidad, Año Nuevo, Día de los Enamorados y Año Nuevo Chino, donde se compra incluso para hacer regalos, comenta Roberto Paiva, director de ProChile.
Ello ha significado que en el país venga creciendo fuertemente la superficie con este carozo, que muchos asimilan con un berry. Sus resultados económicos han empujado las plantaciones de la especie, las que llegan ya a cerca de 30 mil hectáreas, solo 5 mil hectáreas menos que lo que poseen las manzanas. Ello implicará contar con mayor producción y, por lo mismo, se requiere tener un mercado para ella.
"A muchos campos, productores y packings les ha ido bien con las cerezas dentro de una industria (la de la fruta en general) que se ha visto complicada en los últimos años. La cereza podría convertirse en uno de nuestros los caballitos de batalla" comenta Alejandro García-Huidobro, gerente general de la exportadora Prize.
Y si bien hasta ahora la calidad ha sido la base del éxito de las cerezas nacionales en los mercados, hay que conseguir que Chile y cereza se transformen en sinónimos y, de esa forma, el país mantenga su...
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