Sección I: Aspecto defensivo: Lucha contra la superproducción - Segunda parte - Intervención del Estado en la vida económica - Libros y Revistas - VLEX 976413708

Sección I: Aspecto defensivo: Lucha contra la superproducción

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INTERVENCIÓN DEL ESTADO EN LA VI DA ECONÓMICA
SECCIÓN I
ASPECTO DEFENSIVO:
LUCHA CONTRA LA SUPERPRODUCCIÓN
La experiencia de estos últimos años nos revela toda una gama de interven-
ciones progresi vas. En primer término, el Estado se consagra a remediar las conse-
cuencias ostensibles del e xceso de producción: compra existencias o contribuye a
hacerlas desaparecer. Solo en una segunda etapa penetra en la raíz del mal, «frenan-
do» la producción o cuando va todavía más lejos, corrigiendo el exceso de capaci-
dad productiva. Se servirá, para alcanzar esta meta, de grupos privados, como los
cárteles, que declara obligatorios, o bien acudirá al contingente directo de la fabri-
cación o del material . Su inter vención se ejerce a la vez en el sector agrícola e
industrial.
CAPÍTULO I
LA ACCIÓN COMERCIAL SOBRE LAS CONSECUENCIAS
DEL EXCESO DE PRODUCCIÓN: ALMACENAJE Y
BLOQUEO
En Estados Unidos, en el Brasil y, principalmente, en Francia, los gobier nos se
han afanado en atenuar o amortiguar las consecuencias del exceso de producción en
el sector de los precios, bien almacenando las existencias sustraídas del mercado o
escalonando el acceso a él de las cosechas.
I. Razones y probabilidades de éxito de esta intervención
1.º ¿Por q ué el Estado favorece el almacenamiento de pr oductos agrícolas o de
mercancías, como consecuencia de un exceso de producción? Si la a lternativa entre
las fases de abundancia y de penuria, de superproducción y de subproducción, fuera
en cierto mod o normal, el almacenamiento no debería s obrepasar el radio de ac-
ción de una operación comercial usual y lucrativa y, por lo tanto, ampliamente
accesible a la in iciativa privada; sob re todo si se halla reforzad a p or la acción
colectiva de los inter esados. No existe esta regularidad. En lo que afecta al café, el
trigo y al algodón, los años de cosechas excesivas se acumulan con frecuencia en
series impresionantes y si, por fin, s e produce una mala cosecha, va seguida general
e inmediatamente de un nuevo ciclo pletórico.1
1J. W. F. ROWE,M arkets and men, Cambridge, 1936.
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HENRY LAUFENBURGER
Pero después de la guerra se ha producido un fenómeno mucho más grave.
Las crisis cíclicas de superproducción ocultan una crisis estructural mucho más pro-
funda, de exceso de capacidad permanente. En el sector agrícola, los países nuevos
han mantenido sus cultivos a un nivel elevado, que se justificaba úni camente por el
abastecimiento excepcional propio de la guerra, al mismo tiempo que Europa res-
tablecía su capacidad anterior a la conflagración. Por otra par te, el progreso técnico
ha reforzado la productividad, que era ya excesiva. Así ha ocurrido que el almace-
namiento ha sobrepasado con exceso, por lo que se refiere a algunos productos, la
duración de un movimiento rítmico com pleto. En estas condiciones, el riesgo ha
sido de tal naturaleza que el comercio privado ha renunciado a la función d e alma-
cenar, que normalmen te l e co ncierne, y ha invitado al Estado a que asuma ese
cometido o, por lo menos, a que comparta con él los gastos y riesgos de la opera-
ción. ¿No había aprendido el Estado durante la guerra a ser comerciante y, lo que es
más, no había aspirado al monopolio de la distribución? ¿Cómo podía sustraerse a
una obligación acaparada de una manera espontánea? Por otra parte, no fue difícil
revestir su intervención con la bandera de una obligación moral y nacional.
Los productos agrícolas, producidos con exceso, son originarios generalmente
de una masa considerable de productores, cuya suerte, venturosa o aciaga, repercu-
te en toda la economía. Si los campesinos se arruinan, no compran nada a la indus-
tria, y ésta experimenta una crisi s en la medida en que las compras de otros clien-
tes, notoriamente más importantes aún (ciudades), se debilitan a su vez.
Generalmente los países productores de artículos alimenticios o de materias
naturales en gran escala son al mismo tiempo exportad ores importantes. Ahora
bien, si las cotiza ciones de la cosecha se derrumban, la baja de los precios compri-
me el ingreso de las exportaciones en igua ldad de volumen, razón por la cual una
crisis de cambio es las más de las veces inevitable. El equilibrio presupuestario se
ve a su vez comprometi do cuando los cultivadores no se hallan en situación de
pagar los impuestos.
2.º La intervención del Estado en el sector comercial, encaminada a la consti-
tución d e stocks, suscita objeciones teóricas muy graves.
Ante todo, en el régimen de libertad inh erente al capitalismo clásico, el exce-
so de una cosecha -—habida cuenta naturalmente de su distribución escalon ada en
el espacio de un año a tra vés de operaciones bursátiles-—provocaría una baja en las
cotizaciones. Bastaría ésta para desanimar la producción del artículo o de la materia
ofrecidos con exceso y para restablecer a l a larga el equilibrio.
Lo que ocurre es que, si desde el punto de vista económico esta adaptación
automática pa rece lógica e indicada, en cambio desde el punto de vista social pro-
duce trastornos. En primer lugar, no es seguro que los agricultores reduzcan con el
apremio necesario la superficie cultivada. Además, la baja de las cotizaciones aca-
rrea quiebras y ruinas, que implican consecuencias graves para el orden social.
El Estado organiza, pues, por raz ones políticas, el retiro del mercado y el
almacenamiento de los excedentes calculados de la cosecha. Pero entonces se pre-
senta una segunda dificultad.
El enrarecimiento de la oferta por el almacenamie nto no podrá contener la
baja de los precios y preparar un alza futura, como no se pr oduzca una condición
esencial: el monopolio. Si el Brasil fuera el úni co país en condiciones de ofrecer

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