Al rescate de las grandes heroínas del radioteatro - 1 de Diciembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 588547666

Al rescate de las grandes heroínas del radioteatro

Con libretos en mano -hojas mecanografiadas que se copiaban con calcos de carbón-, las audiciones de radioteatro de los años 30 estaban lejos de corresponder a las fantasías que desataban. Una veintena de actores vocacionales, se repartían a diario por emisoras como Sociedad Nacional de Agricultura, Del Pacífico, Cooperativa Vitalicia, Siam, El Mercurio (fundada en 1924) y La Reina, para dar vida a las historias de "Radioteatro Dana", "Escenario del aire", "Radioteatro Atkinson", todas narraciones románticas o históricas basadas en adaptaciones de folletines, episodios reales o de propia creación. En cada uno de esos grupos destacaron mujeres cuyos nombres se olvidaron cuando la TV silenció el potencial dramático del dial.

-Ellas eran las cabezas de muchas compañías, las empresarias que llevaban todo el tejemaneje comercial, las que se entendían con los dueños de las radios, las que elegían las historias que se leían, incluso las escribían y también contrataban a los elencos que las iban a actuar -recuerda Pedro Labra, crítico teatral de "El Mercurio".

En esos años, en que los medios sonoros comenzaban a constituirse en industria, las radios arrendaban sus espacios a los empresarios teatrales y ellos conseguían los auspicios de marcas como cosméticos Dana, perfumes Atkinson o Jabón Verdejo para bautizar sus espacios de ficción.

-Eran buenas patronas -recuerda Julio Jung, actor que comenzó a los 15 años a probarse en radioteatro como protagonista de "Tarzán"-. Pero antes de trabajar con ellas, yo iba como espectador a ver al teatro a la compañía de Nieves López Marín, porque ahí hacían completas las obras que en la radio se transmitían por capítulos. Entonces, se sabía lo que venía... !Podías saber el final¡

Nieves López Marín, Eglantina Sour, María Llopart y Luchita Botto eran las líderes de este ingenioso modelo de negocio que implicaba poner al aire historias que podían durar meses, pero que cuando entraban en su tramo final eran llevadas a escenas a un precio popular. "Sed de venganza", "Rosa negra" y hasta la teatralización de filmes que llegaban a los cines eran parte del repertorio de estas llamadas "comedias" que deleitaban a las dueñas de casa mientras planchaban y hacían las tareas domésticas. Pero también se escuchaban en los talleres de costura -principal ocupación femenina de la época-, a través de esas añosas radios de madera con una malla de tela sobre el parlante por donde brotaba la ficción.

Como en toda historia con protagonista femenina, en el devenir de las heroínas del radioteatro también se encarna el avance de la mujer en la sociedad.

Los datos del libro "La mujer chilena, el aporte femenino a progreso de Chile"...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR