Reforma laboral: Ahora miremos el siglo XXI - 18 de Septiembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 738973165

Reforma laboral: Ahora miremos el siglo XXI

Durante la discusión de la reforma laboral de 2015, los dirigentes de la CUT planteaban que ellos "solo querían recuperar los derechos que tenían hace medio siglo", dando a entender que llevaban décadas de deterioro en su situación. Pocas voces del mundo político mostraron la imposibilidad de recuperar un esquema viable en un contexto de economía cerrada, con empresas monopólicas u oligopólicas, muchas de ellas estatales, que no debían enfrentar la competencia del exterior y el riesgo constante de obsolescencia. Y no se trata de que los trabajadores estén peor que hace medio siglo, están mucho mejor, no solo en términos de ingresos, sino también porque esa misma competencia les permite como consumidores tener acceso a bienes y servicios que nuestros padres y abuelos ni siquiera imaginaron.Lamentablemente no se hizo nada por avanzar hacia un modelo laboral acorde con los tiempos que corren; por el contrario, gobierno y parlamentarios hicieron un gran esfuerzo por darle en el gusto a la CUT, lo que nos dejó con más rigidez aún. Ya estamos viendo en parte los efectos, con una economía que crece, pero un empleo asalariado privado que va bastante por detrás, mientras las encuestas muestran que uno de los ítems de inversión prioritarios de las empresas es la automatización de procesos. No es de extrañar, parece ser la respuesta obvia de un empresario cuando se le entrega a los sindicatos el poder de paralizar la empresa. En ese sentido -más que lograr buenas definiciones de servicios mínimos, lo que es imposible en la práctica-, el primer nudo a resolver es reponer el reemplazo interno en la huelga, que por lo demás es la práctica habitual de la gran mayoría de los países de la OCDE (el reemplazo interno no se considera reemplazo). Solo España y México no lo contemplan, casos ambos que no parecen buenos ejemplos en materia laboral. El derecho a huelga es incuestionable, pero se debe compatibilizar con el derecho del empleador a hacer funcionar su empresa, y con el derecho de los ciudadanos de disponer de bienes y servicios. Fue muy llamativo a este respecto cómo los mismos parlamentarios que apoyaron prohibir todo tipo de reemplazo cuestionaban...

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