Prólogo
| Autor | Fritz Neumark |
| Cargo del Autor | Profesor de la Universidad de Frankfurt am Main |
| Páginas | 41-43 |
41
INTRODUCCIÓN
PRÓLOGO
El plan de este libro nació hace seis años mientras yo gozaba de un permiso como
profesor de la Cátedra «W. C. Mitchell» en la Universidad de Columbia, de Nueva York. Fue
entonces cuando inicié la recogida de material y la redacción de los primeros capítulos. Una
enfermedad, que redujo considerablemente mi capacidad de trabajo durante largo tiempo,
interrumpió la continuación de la obra; al terminar la convalecencia tenia tantos trabajos
pendientes, de la más variada naturaleza, que ha sido necesario un segundo semestre de
permiso (el del verano de 1969) para poder llevar a término mis investigaciones. Me siento
obligado a dar las gracias al Ministerio de Cultura de Hesse y a la Universidad de Columbia
por haberme concedido el tiempo libre necesario, sin el que, con toda seguridad, no habría
podido acabar todavía el trabajo.
En cuanto al objeto de mi libro, lo que me estimulaba y atraía era, partiendo de las
instituciones y teorías dominantes hoy en los países occidentales desarrollados, ofrecer una
visión general, sistemática y lo más amplia posible, de los principios a que ha de someterse la
política fiscal para que pudiera ser calificada de justa y de económicamente racional. Que
podrá haber grandes discrepancias entre los distintos grupos sociales acerca del primer atri-
buto y que, además, serán muy heterogéneas las apreciaciones sobre el contenido y significa-
ción de la «justicia en la imposición», es algo que resulta evidente y ha sido objeto de muy
detalladas consideraciones en distintos lugares de la obra. A mi juicio, no obstante, también
desde el punto de vista de la política financiera práctica constituiría un error pretender
renunciar, basándose en que nunca ha habido ni podrá haber una justicia impositiva cientí-
ficamente exacta, a la consideración de las ideas sobre la justicia que prevalecen en una
determinada época en un país o en un grupo más o menos homogéneo de países; lo que sí
habrá que hacer, ciertamente, es examinar una y otra vez las objeciones críticas que aduzca
una u otra minoría contra su legitimación. También será muy difícil la unanimidad plena
acerca de lo que haya de entenderse por «económicamente racional». Con todo, la teoría está
en condiciones de facilitar argumentos más plausibles en este ámbito que en el de las concep-
ciones sobre la justicia.
Aun cuando la teoría de los principios de la imposición lleva existiendo desde hace dos
siglos, lo cierto es que son relativamente pocas las investigaciones monográficas sobre el tema,
con el resultado de que tales principios están teóricamente superados en muchos aspectos y se
han quedado anticuados o incompletos en sus aspectos empíricos. Que yo sepa, no existe
prácticamente ninguna exposición moderna del tema que tienda a completar y hacer más
operativo el análisis teórico mediante referencias a las infracciones antiguas, y particularmen-
te a las más recientes que la práctica fiscal internacional comete contra cada uno de los
mencionados principios. La confrontación por mí emprendida entre unos postulados reconoci-
dos como tales casi con carácter general —aunque en frecuentes ocasiones tal reconocimiento
no vaya mucho más allá de las puras palabras— y una práctica impositiva, que en su mayor
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