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Introducción

AutorEnrique Fuentes Quintana
Páginas9-40
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ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
Un tema clásico para un hacendista actual
Constituye un destino ejemplar y admirable a la vez celebrar la jubilación de
una continuada labor de magisterio universitario con la publicación de una obra
como ésta. La preparación de los Principios de la Imposición del Profesor Fritz Neumark
ha madurado lentamente durante los seis últimos años de la vida docente del gran
maestro de la Hacienda Pública germánica y se ha publicado coincidiendo con las
fechas de su jubilación de la Cátedra. Se trata, por tanto, de una obra que culmina
una vida consagrada a la enseñanza y a la investigación de los temas de la Hacienda
Pública.
Para todo aquel que haya dedicado algún tiempo y atención al estudio de los
problemas que plantea la actividad financiera la destacada personalidad del Profe-
sor Fritz Neumark constituye una figura familiar. Su dirección del Finanzarchiv, la
revista más antigua de la especialidad, y de la segunda edición del monumental
Handbuch der Finanzwisenschaft, constituyen dos empresas de cuya producción de
conocimientos financieros han disfrutado todos los estudiosos de la Hacienda Pú-
blica. No menos conocida es su decisiva participación en el nacimiento de la Europa
fiscal a través del Informe del Comité Fiscal y Financiero de la C. E. E. que, popu-
larizado bajo la expresiva denominación de «Informe Neumark», constituye uno de
los documentos más citados, leídos y trabajados por los hacendistas durante los
últimos años. A este quehacer popular entre los hacendistas, Fritz Neumark añade
sus múltiples trabajos sobre los más diversos temas que suscita la actividad finan-
ciera, reveladores siempre de un singular conocimiento de la realidad fiscal y de un
dominio completo de la teoría de la Hacienda Pública. En esa combinación de
conocimientos de teoría y práctica fiscales Neumark llega a un nivel difícil de
alcanzar. Un nivel que revela la fuerte presencia de un maestro —quizá sin más
ejemplo viviente paralelo que el del hacendista estadounidense Cari Shoup— y
digno continuador de la tradición de los grandes hacendistas germánicos del Siglo
XIX.Esta conocida ejecutoria de Fritz Neumark no se proclama ante el lector para
cumplir con el rito protocolario de elogiar la figura del autor que parece reclamar
la presentación de cualquier obra. Se parte de ella porque avala sólidamente la
arriesgada aventura de volver, con afán de novedad y actualización, sobre un tema
clásico de la Hacienda Pública: los principios a los que debe ajustarse la elaboración
de un sistema tributario que pretenda alcanzar los valores permanentes de la justi-
cia, que cumpla con los requisitos pedidos por la racionalidad económica y acepte
los mandamientos impuestos por la eficacia de la técnica impositiva.
El estudio de los distintos principios de la imposición y la crítica de los tribu-
tos históricos a la luz de esos principios generales es un tema que se encuentra
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ENRIQUE FUENTES QUINTANA
entre los abordados por la literatura financiera desde sus orígenes y que desde
entonces hasta hoy, ha atraído permanentemente la atención de los hacendistas. En
efecto, la doble raíz especulativa y práctica a la que se remonta el origen del estudio
de la actividad financiera y que antecede y se funde en La Riqueza de las Naciones de
Adam Smith, incorpora ya este enfoque de los problemas impositivos. La rama
especulativa de la filosofía aristotélico tomista, como ha hecho notar Gerloff, pro-
yectará por vez primera sobre la tributación las exigencias asociadas al fin de la
justicia y expondrá los principios que de su existencia se derivan, valorando, desde
esa exigente perspectiva, las figuras tributarias de su tiempo. Es, sin embargo, en la
rama práctica del cameralismo y en los escritos mercantilistas donde se contienen
los antecedentes más inmediatos y directos de los principios smithianos de la im-
posición. Los seis principios tributarios de von Justi, o las calidades que a la impo-
sición exigirá Alvarez de Toledo, o los cánones de la tributación de Pietro Verri, o
los cuatro principios fundamentales de los impuestos recogidos por Ludwig Cari,
demuestran no sólo la clara presencia del tema de los principios de la imposición
como una cuestión básica en la literatura pre-smithiana, sino también una coinci-
dencia fundamental al discutir el contenido real de esos principios, que Smith in-
corpora y desarrolla como una parte de la Hacienda Clásica en el Libro V de la
Riqueza de Zas Naciones.
Desde entonces hasta hoy, los principios de la imposición han constituido un
capítulo continuado e importante de la Hacienda Pública. Esa continuidad temporal
en el estudio de los principios de la imposición ha acumulado sobre ellos una
extensa y encontrada literatura. Extensa: ya que muy pocos hacendistas han renun-
ciado a pronunciarse sobre el número, el contenido y la validez de los principios de
la tributación en el largo trecho temporal de los casi dos siglos que separan nuestro
tiempo de La Riqueza de las Naciones. Por otro lado, esta abundante y extensa litera-
tura no es ciertamente pacífica. Si los principios de la imposición tienen algún
significado, éste no es otro que el de servir para alcanzar valoraciones compartidas
sobre los fines que al sistema tributario se le atribuyen en un espacio histórico
concreto. Por tanto, su construcción y su validez es siempre hipotética: si el sistema
tributario pretende lograr ésta o aquella finalidad, entonces debe cumplir con éste o
aquel principio. Dados los fines cambiantes a los que los impuestos han pretendido
servir, se comprenden los cambios consecuentes registrados en los principios de la
tributación, como también que la diversidad de fines que a la imposición reservan
las distintas ideologías produzca un inevitable enfrentamiento sobre la validez y
aceptación de determinados principios impositivos.
Tratar, por tanto, de Los principios de la imposición exige de un conocimiento
completo del carácter cambiante de la literatura financiera y de los valores en que
se fundamenta para dictaminar sobre su posible vigencia actual. Pide, en segundo
término, un espíritu sistemático que ordene y clasifique los muy heterogéneos
principios exigidos de la tributación a lo largo del tiempo. Reclama, finalmente,
una información detallada de la realidad fiscal para aplicar sobre ella los principios
vigentes y comprobar su fertilidad a la hora de obtener una valoración de las
instituciones fiscales de nuestro tiempo.
Estas tres características necesarias para escribir con fruto sobre los principios
tributarios se dan plenamente en la persona de Fritz Neumark, singular conocedor de
la literatura financiera, espíritu sistemático por naturaleza acreditado en sus múlti-
ples trabajos y cuya información sobre la realidad impositiva actual es tan extensa
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INTRODUCCIÓN
como profunda. Si el tema de los principios de la imposición tiene un autor actual que
pueda tratarlos de forma idónea, no cabe duda que este autor es Fritz Neumark.
Balance actual de un tema clásico
Pero si el tema de esta obra jubilar de Fritz Neumark es clásico, la preocupa-
ción con la que el autor lo aborda es plenamente actual. Porque no se trata de
volver sobre los principios de la imposición con el propósito erudito de exponer su
cambiante contenido a lo largo de la historia del pensamiento financiero. Sin re-
nunciar a su desbordante erudición, lo que Neumark pretende es trazar un balance
y obtener un saldo actual de los principios que deben conformar la imposición en
el tiempo que vivimos. Es ese balance actual de los principios de la imposición, el
que falta en la literatura disponible y es esta deficiencia la que motiva y justifica la
investigación de Fritz Neumark.
Quizás un balance de los principios de la imposición que revele los fines que
el sistema tributario debe servir, posea, en todo momento, un interés positivo para
orientar esa valoración crítica de la imposición vigente que debe avalar cualquier
intento plausible de modificarla. Sin embargo, bien puede afirmarse que ese interés
general encuentra pocas épocas que, como la que hoy vivimos, justifique más la
necesidad de ese balance con vigencia de los principios de la tributación. Tratemos
de explicar el porqué.
Entre las variadas denominaciones con las que frecuentemente se han califica-
do las dos primeras décadas de la segunda mitad de este siglo, pocas pueden com-
petir en propiedad con la de quienes proponen, destacando la importancia de los
análisis y los cambios tributarios realizados en distintos países, denominarlas las
«décadas del despertar fiscal». Durante esos veinte años, en lugares muy diferentes,
con sistemas políticos muy distintos y desde economías con diversa estructura y
desigual nivel de desarrollo, se han ido registrando múltiples intentos de reformar
la imposición a los que con frecuencia se convertía en vitales puntos de apoyo de
programas de reforma social o de planes de desarrollo.
Esta universal inquietud por la tributación tiene tras de sí múltiples fuerzas
pero se basa en tres fundamentales:
atender al creciente papel que el sector público debe desempeñar en
cualquier economía que aspire a conseguir un desarrollo económico con
equilibrio social;
facilitar la integración de las economías nacionales para lo que han debi-
do eliminarse las distorsiones ocasionadas por las diferencias nacionales
de la imposición y, finalmente, aunque deba afirmarse a la manera sajona,
que de ninguna forma en último lugar;
el desmoronamiento de los imperios coloniales y la subsiguiente apari-
ción de nuevos estados que nacían ya con graves problemas financieros y
fiscales.
La sustantiva entidad de estas tres fuerzas, su extensión en el espacio y la
energía con la que han reclamado y siguen reclamando cambios de la imposición,
explican que el mundo haya vivido en el pasado inmediato y viva hoy una era de
reformas fiscales.

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