Normas primarias de protección a la producción (o por qué la Administración reprobó el curso) - Núm. 36, Octubre 2015 - Boletín FIMA - Noticias - VLEX 829573241

Normas primarias de protección a la producción (o por qué la Administración reprobó el curso)

AutorNatalia Acevedo
CargoAsistente de Investigación. Estudiante de Derecho UAH

Existen cosas innegables en la actualidad: Marte tiene agua líquida, el cambio climático hace estragos en el planeta y la calidad del aire en Santiago llega niveles que nos tientan a preguntar si podría ser peor.

Esto último alcanzó su máxima expresión mediática durante el mes de junio, con la primera emergencia ambiental decretada en la Región Metropolitana en 16 años, situación que fue precedida por una seguidilla de preemergencias que no pudieron frenar lo inevitable ni borrar la sensación de que la mala calidad del aire debería ser una prioridad.

El complejo escenario ambiental era el momento propicio para que la administración tomara cartas en el asunto y se luciese con una nueva “Norma Primaria de Calidad para Dióxido de Azufre (SO2)”, que no se reforma desde el año 2002. Era una excusa ideal para elaborar una norma que realmente tomase medidas eficaces para disminuir la presencia de este contaminante en la atmósfera y prevenir sus efectos adversos, entre los que se cuentan morbilidad respiratoria y mortalidad prematura.

Lamentablemente, la administración no hizo la tarea. Una norma es tan buena como los estudios en los que se funda, y esta norma en particular persigue la protección de la salud de las personas, por lo que la calidad y seriedad de estos estudios es un asunto vida o muerte.

La lectura del anteproyecto de norma demuestra que solo se consideró seriamente un estudio: El “Análisis General de Impacto Económico y Social” (AGIES), con énfasis especial en la parte económica. Quizás el resultado no sería tan problemático si el estudio en sí fuese algo más que un encubrimiento para la dictación de una norma primaria de protección a las fundiciones, que deja a la ciudadanía con el modelo de norma más desfavorable a la salud, el que genera nulos cambios en la situación actual.

A modo de contexto: este estudio provee tres modelos de norma primaria de calidad ambiental distintos, uno más estricto, otro medianamente estricto y un último modelo que conserva el estado del SO2 en la atmósfera tal como está. Su propósito es ayudar tanto a la administración como a la ciudadanía a tomar decisiones y realizar observaciones de manera informada, propósito en el que falla estrepitosamente.

Para empezar, el AGIES no provee la información completa de cuánto costaría implementar la nueva norma primaria. Los lectores deben deducir esta información de una suerte de gráfico, que solo muestra los costos totales de los distintos modelos de norma...

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