La metodología del derecho
| Autor | Ladislao Tarnói |
| Páginas | 29-46 |
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TEMAS PRINCIPALES DE LA FILOSOFÍA DEL DERECHO. TEORÍA FUNDAMENTAL
LA METODOLOGÍA DEL DERECHO
«El método es el estilo científico del autor».
Cuando los Boy-Scouts preparan una excursión, elaboran un
plan detallado del camino por donde habrán de pasar. Es extra-
ño que ciertos pensadores antes de decidirse a explorar la «tierra
desconocida» del mundo científico, no estudien previamente el
camino que seguirán. Este camino preestablecido que se llama
método, y al cual se subordina toda la investigación jurídica, con
mucha razón se le puede llamar «el ABC de la Filosofía del Dere-
cho» (E. Lask).
El método es el estilo científico del autor. Los problemas funda-
mentales de la metodología se enfocan en dos preguntas: es posible
el conocimiento? y sí es, cómo? En consecuencia, la metodología
pertenece a la Teoría del Conocimiento, pero el método de una obra
depende también de su materia; entonces, antes de elegir el método,
tenemos que conocer la naturaleza de la ciencia propuesta, y de tal
manera la metodología entra también en el imperio de la Teoría de
las Ciencias.
Con tales consideraciones, se presenta la necesidad de aclarar
las diferencias entre la Filosofía Universal y la Filosofía del Derecho;
entre las diferentes Ciencias del Espíritu y las Ciencias de Realida-
des; entre las dos últimas y las Ciencias de Realidades Valiosas y
dentro de estas: entre las Ciencias de la Cultura, de la Historia, de la
Sociología y por ende, hay que aclarar la posición de la Jusfilosofía
referente a las Ciencias Jurídicas Positivas.
Después de haber distinguido a la materia de las ciencias que
tiene afinidades con la Filosofía del Derecho, podemos establecer su
método adecuado.
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LADISLAO TARNÓI
1) Filosofía en general y Filosofía del Derecho
La Filosofía del Derecho, como lo significa su denominación, es
la investigación filosófica del Derecho y en consecuencia tiene los
mismos caracteres que la Filosofía en general.
La Filosofía investiga su materia «sub specie aeternitatis et sub
specie totalitatis», es decir, «universalmente y totalitariamente». El
filósofo penetra en el mundo de los objetos científicos con una mi-
sión especial: no quiere ver las cosas en sus particularidades, sino en
sus totalidades.
Analógicamente al filósofo no le importan las relaciones acci-
dentales del fenómeno, su punto de vista es siempre independiente
del tiempo y del espacio; las investigaciones filosóficas son universa-
les. Lo que caracteriza la filosofía en general, es válido también para
la Filosofía del Derecho, que está en busca de las características per-
manentes del Derecho.
Hay que encontrar elementos permanentes que caractericen el
Derecho de todos los tiempos y de todos los lugares, porque en caso
contrario es imposible definir un concepto general del Derecho. Si el
Derecho del Imperio Romano y el de la América del Norte, no tiene
algunos elementos característicamente comunes, con qué razón po-
dremos sostener que ambos son el mismo Derecho. Evidentemente
hay dif erencias grandes ent re la civi lización antigua y la
ultramoderna, pero esas diferencias se observan en el contenido y
entonces lógicamente, los elementos permanentes, tenemos que en-
contrarlos en las características formales del mismo Derecho.
Según la distinción neokantiana, la «forma» en sentido filosófi-
co es un conjunto de las características permanentes de una cosa, y
el «contenido», el conjunto de lo que cambia dentro de esta cosa. La
forma del agua, es el símbolo H2O, proporción de hidrógeno y oxí-
geno, según la cual está compuesta; el «contenido» sería pues su
apariencia, es decir el mar, el lago, la cascada, la niebla, las nubes,
la lluvia, el hielo, el vapor, el arcoíris, el rocío, la lágrima, etc.
El color, la densidad y la temperatura del plomo, cambian sin
que varíe la substancia del plomo, que consiste siempre en la reacción
de sus afinidades con otros metales y esta es siempre invariable.
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