Mario Kreutzberger 'Si tengo que pasar a segundo o tercer plano, ya no me importa'
Mario Kreutzberger lleva más de 20 días encerrado. Nunca antes había pasado tanto tiempo en su casa, dice. Ha sido un tiempo de reflexión, pero también de hacer cosas que tenía pendientes, como terminar de escribir Lo que aprendí , sus memorias. Hoy está abocado al capítulo "Los chalecos amarillos", que parte con el estallido del 18 de octubre del año pasado.-Ahí también cuento las cosas que me han pasado en relación con la Teletón de este año, que fueron muchas: se tuvo que suspender por el estallido, luego se iba a hacer y se puso el plebiscito, luego el coronavirus, luego la cuarentena. Ha sido mucho.Pero nada como los días previos al evento, asegura.-Esos sí que fueron terrible. Fue una cosa muy tensa, de mucha dedicación y esfuerzo, mucho nervio y noches sin dormir. Cada vez había que hacer un programa nuevo, pero lo más interesante es que en medio de esto las encuestas indicaban, por primera vez, que una mayoría de las personas decía que no se debía hacer la Teletón.Cuenta que ese era el mayor temor, que tomaron la decisión de hacerla igual casi diez días antes, luego de doce horas en que los partidarios de suspenderla y los que querían hacerla estuvieron en una guerra de argumentos.-Los que estudiaban bien la encuesta decían que la gente tenía miedo de que se hiciera porque había una posibilidad de no llegar a la meta y eso iba a significar un gran fracaso. Todo era difícil, incluidas las reuniones del equipo, que se hacían todas por Zoom.-¿Por qué se arriesgaron?-Porque no teníamos dinero y cómo íbamos a dejar a estos 32 mil niños sin atención.Después de decidir hacerla, dice que vino lo peor, que desarrollaron siete programas distintos, porque la contingencia cada día dejaba las ideas obsoletas.-¿Y usted qué sentía?-Angustia y miedo.La noche inaugural, Mario Kreutzberger, en su casa, con dos técnicos a dos metros de él, un computador y unas pocas luces, con su esposa en la pieza, decidió vestirse con una ropa especial.-Yo soy cabalístico; entonces, dije: "Me voy a poner el traje que usé en 2010, cuando hicimos el programa Chile ayuda a Chile , por el terremoto".Igual que esa vez, no usó corbata ni pañuelo.-Cuando me lo puse, me pesó como 200 kilos, por la tensión de hacer algo desconocido para mí, que no sabía cómo iba a resultar. Comencé a recordar cosas sobre ese programa especial que hicimos cuando usé ese traje. Fue justo cuando Piñera ya estaba electo, pero aún no era el cambio de mando, entonces se produjo toda una tensión, porque cada uno quería protagonismo. Uno decía: "Bueno, yo soy el Presidente", y la otra persona contestaba: "Pero todavía eso no ha pasado". Al final tuvimos que ponerlos a los dos, pero con Ban Ki-moon al medio, el secretario general de la ONU que vino esa vez a apoyar. En un momento todo eso explotó, fue cuando (Iván) Zamorano agarró una bandera chilena, empezó a cantar la Canción Nacional, subieron Michelle Bachelet y Sebastián Piñera y cantamos juntos con todo el teatro. Se reunió una barbaridad de plata, hicimos 100 escuelas para Chile.En esa Teletón se juntaron $34.703.593.204.-Antes era muy extraño que alguien criticara la Teletón, hoy parece muy común hacerlo. ¿Qué le provoca a usted?-Hemos atendido a 131 mil familias, tenemos casi 32 mil activas. La mayoría de las leyes que han...
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