María Paz Arzola: 'Recuperación educativa: ¿es suficiente el plan del Gobierno?'
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RECUPERACIÓN
EDUCATIVA:
¿ES SUFICIENTE EL
PLAN DEL GOBIERNO?
A mediados de enero, el Gobierno anunció algunas
de las medidas que conformarán el plan con que
pretende hacer frente a la crisis por la que atraviesa
el sistema educativo. Así también, casi en simultáneo,
el Presidente Gabriel Boric hizo una autocrítica por el
rol que tanto él como los parlamentarios de su sector
tuvieron frente al cierre de escuelas durante la pande-
mia. Si bien ésta fue tibia –y en ningún caso proporcio-
nal al daño que su obstruccionismo de ese momento
produjo-, al menos constituye un reconocimiento de
la responsabilidad que les cabe, no solo en la supera-
ción de la crisis, sino también en su génesis.
Las medidas, aunque todavía incipientes, apuntan
en la dirección correcta. Éstas se enfocarán en tres
ejes: la convivencia escolar y salud mental, el forta-
lecimiento de los aprendizajes y la revinculación
escolar. Lo que iría faltando a continuación es defi-
nir metas concretas, así como también avanzar en un
diagnóstico preciso sobre el lugar del que partimos,
es decir, cuál ha sido el deterioro en los aprendiza-
jes y en el estado socioemocional de los estudiantes,
así como los sectores más afectados por los eventos
de los últimos años. Es de esperar que la publicación
de los resultados del SIMCE 2022 –rendido luego de
dos años de suspensión- contribuyan en esa línea,
pero también que el gobierno revierta su reticencia
a la realización de evaluaciones y se comprometa con
la generación de información que permita definir el
ámbito de las acciones contenidas en el plan, su grado
de priorización y el costo asociado.
Mientras tanto, los únicos datos oficiales disponibles
que dan cuenta del deterioro sufrido, son los relati-
vos a la asistencia escolar. El año 2018, que podemos
tomar como año normal o de referencia, la asistencia
promedio se ubicó en 84%, partiendo desde un 90,7%
en marzo y cayendo progresivamente hasta 80% en
diciembre. En 2019, en tanto, si bien hasta septiem-
bre ésta presentó un comportamiento similar al de
2018, desde octubre sufrió un desplome, cayendo en
noviembre y diciembre hasta un inédito 69,7%. De ahí
en adelante, no ha sido posible retomar los niveles
normales, y en 2022, tras la reapertura de las escue-
las luego del cierre forzoso debido a la pandemia, la
asistencia promedio del sistema escolar se ubicó en
apenas 79,7% y peor aún, en 77,8% promedio duran-
te el segundo semestre –hasta el mes de noviembre,
último publicado-.
La columna de María Paz Arzola,
Cordinadora del Programa Social de LyD.
OPINIÓN
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