Igualdad salarial entre géneros - 3 de Marzo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 704457033

Igualdad salarial entre géneros

Por distintas razones históricas y culturales, la brecha salarial entre hombres y mujeres es un fenómeno que se manifiesta en la generalidad de los países. De acuerdo con un informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en nuestro país esa brecha para empleos a tiempo completo alcanza a 21,1%, cifra que se ubica por sobre el 14,3% promedio registrado entre los países miembros del organismo.

Para encarar esta situación, los distintos países han apostado por estrategias de corto, mediano y largo plazo, enfocándose en terminar con las brechas por género en el mercado laboral asociadas a discriminaciones injustas. Las más efectivas lo han hecho distinguiendo las diferencias infundadas de aquellos factores que inciden en la productividad. Estos últimos son naturales y pueden ser incluso necesarios.

La iniciativa nacional más reciente en esta materia, anunciada por la Presidenta Bachelet, consiste en consagrar en su proyecto de nueva Constitución la eliminación de las diferencias salariales entre hombres y mujeres que realizan la misma función. Sin conocer la redacción concreta de esta propuesta es imposible escrutar sus verdaderos alcances y potenciales efectos, tanto en favor como en contra de los propósitos que la animan.

Avanzar de verdad hacia los objetivos buscados

Existen numerosos casos de políticas públicas que terminan teniendo efectos que van en la dirección opuesta a la inicialmente deseada. A modo de ejemplo, en los Estados Unidos, décadas de esfuerzos para reducir las diferencias salariales entre los blancos y las minorías no solo no han sido exitosas, sino incluso han generado desincentivos a la acumulación de capital humano entre los grupos que se quería beneficiar (el aseguramiento de condiciones ventajosas redujo la inversión en educación a nivel individual). Por otra parte, la evidencia indica que no es necesariamente la potencial discriminación injustificada de los empleadores, aquella por simples preferencias, lo que explica las diferencias salariales entre estos grupos, sino brechas en dimensiones que afectan la productividad del trabajador, por ejemplo localidad de la educación, y que están correlacionadas con la pertenencia a grupos étnicos.

En el ámbito de las diferencias laborales por género, tampoco es posible concluir que ellas sean producto de las meras preferencias (discriminación por gusto) de los empleadores. De hecho, tal como lo demostró hace décadas el Nobel de Economía y...

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