La huella que dejó Mario Salas como jugador de Colo Colo - 20 de Diciembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 751374757

La huella que dejó Mario Salas como jugador de Colo Colo

T erminaba 1995 y Colo Colo, dirigido por Gustavo Benítez, comenzó a planificar el año siguiente. "Buscábamos un volante de marca, porque teníamos a Emerson Pereira que era más ofensivo", recuerda Jorge Vergara Núñez, en ese entonces directivo del Cacique."Vimos en Salas un jugador con mucha personalidad, carácter y que pisaba fuerte el mediocampo. Agresivo, tácticamente muy útil y que calzaba en el sistema de juego, complementándose muy bien con Emerson y Marcelo Espina. Además, podía jugar de lateral y de central", declara Gualberto Jara, mano derecha del técnico paraguayo.La negociación con Colo Colo fue rápida, pese a que también lo pretendían la U y la UC. "Salas no tenía representante y firmamos un contrato por cuatro años. En ésa época hacíamos la 'Noche Alba' y teníamos que esconder los refuerzos: ningún periodista supo que lo habíamos contratado hasta que lo presentamos en el Monumental", dice Vergara.El 17 de enero de 1996, el volante -que provenía de Palestino- apareció en Pedrero con la barba larga y puño al cielo. Estaba cumpliendo un sueño. "Soy hincha de Colo Colo, pese a que todos que creen que soy evertoniano. Mi abuelo, Alfredo Saieg, me metió desde niño su afición por el Colo", explicó años después.De entrada, el viñamarino se arrimó al grupo de los referentes: Espina, Ivo Basay, Marcelo Ramírez, Claudio Arbiza y José Luis Sierra. "Salas no manejaba, creo que el auto lo usaba su mujer... Era el 'Coto' quien lo pasaba a buscar todos los días y lo llevaba al Monumental. Eran muy amigos", dice David Henríquez, por esos días, un prometedor defensa central. Con Sierra, el "Comandante" coincidió entre 1993 y 1994 en Unión Española. "No le costó asumir el papel de líder y muchas veces tuve hartas diferencias con él cuando teníamos que hablar de los premios. Pero terminaba la conversación y nos reíamos. Era chacotero", sostiene Vergara.En la cancha también dejó su sello. "Sacrificado, dispuesto a todo. Terminaba el entrenamiento y se quedaba realizando trabajos técnicos. Si sabía que algo de su juego estaba fallando, seguía y seguía practicando hasta mejorarlo. Tenía los conceptos súper claros, transmitía positivismo al grupo", dice Jara.En 1996, el hoy DT albo fue protagonista del título: jugó 23 partidos, recibiendo cuatro amonestaciones y dos rojas."Me marcó el esfuerzo que demostraba en cada entrenamiento; siempre primero en todo y con muchas ganas de entrenar. Profesional al máximo. Buenísimo para el grupo, también. Yo...

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