La hipérbole - El alma de la toga - Libros y Revistas - VLEX 976200357

La hipérbole

AutorÁngel Ossorio y Gallardo
Páginas135-137
135
E
L ALMA DE LA TOGA
LA HIPÉRBOLE
Es frecuentísimo en muchos abogados el prurito de ponderar la
gravedad de los litigios en que intervienen, hasta las más absurdas
exaltaciones.
«En nuestra ya larga vida profesional jamás hemos visto un caso
de audacia como el de la demanda a que contestamos».
«Seguros estamos, señor juez, de que V. S. impondrá las costas a
la parte contraria, porque en su dilatada experiencia no habrá trope-
zado con un ejemplo de temeridad más insólita ni de más escandalo-
sa mala fe».
«Horror y náuseas sentimos al entrar a tratar un asunto que cons-
tituye la vejación más repugnante, el despojo más inicuo, la depreda-
ción más intolerable que se registra en los fastos judiciales».
«Si la sala fallara en mi contra este recurso, no sólo quedaría des-
conocido el derecho de mi parte, sino herido en sus sentimientos uno
de los más firmes sustentos de la sociedad española».
¿Quién no ha leído mil veces frases como éstas o muy semejan-
tes? ¿Quién estará seguro de no haberlas empleado? ¿Y quién no se
ha sonreído al advertir luego que esos truculentos anuncios, esas ad-
vertencias espeluznantes, venían a cuento de que un sujeto no paga-
ba a otro un puñado de pesetillas o unos cónyuges habían disputado
por un quítame allá esas pajas?
La vida, dentro de su gran complejidad, suele ser de una vulgari-
dad gris. A veces, efectivamente, brotan la tragedia o el escándalo, y
resultan ajustadas las imprecaciones, la indignación, el terror y el llanto.
Pero de cada cien casos, noventa y cinco son picardías ínfimas, erro-

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