Hacia una justicia patriarcal - El alma de la toga - Libros y Revistas - VLEX 976200365

Hacia una justicia patriarcal

AutorÁngel Ossorio y Gallardo
Páginas175-190
175
E
L ALMA DE LA TOGA
HACIA UNA JUSTICIA PATRIARCAL
Las condiciones apetecibles e indispensables, según mi entender,
para un buen procedimiento judicial, son estas cuatro: oralidad, pu-
blicidad, sencillez y eficacia. En breve esbozo me ocuparé de ellas.
ORALIDAD
La justicia debe ser sustanciada por medio de la palabra. Esto
por las siguientes razones:
Primera: Por ley natural. Al hombre le fue dada la palabra para
que, mediante ella, se entendiera con sus semejantes. La escritura es
un sucedáneo hijo del progreso. No obstante la invención de la escri-
tura y sus enormes adelantos psicológicos, literarios y mecánicos, to-
dos preferimos la comunicación verbal como sistema sencillo de po-
ner en circulación nuestros pensamientos y nuestros estados de con-
ciencia.
La palabra hablada consiente el diálogo, la réplica instantánea,
la interrupción, la pregunta y la respuesta. En el curso del informe de
un letrado, al juezse le pueden ocurrir numerosas dudas o aclaracio-
nes que cabe plantear y esclarecer en el acto dirigiéndose al informan-
te. En el procedimiento escrito, el juez no puede entretenerse en en-
viar comunicaciones a los abogados para los fines dichos. La prueba
es que no se hace ni está previsto en las leyes.
Es también propio de la naturaleza que la palabra hablada refle-
je situaciones de ánimo que en la escrita se disimulan u ocultan fácil-
mente. Un pliego de papel no permite adivinar la verdadera posición
íntima del escritor. En la oración hablada, prontamente se conoce al
embustero, al maniático, al obcecado, al incomprensivo, al intransi-
176
ÁNGEL OSSORIO Y GALLARDO
gente. Suele decirse que «el papel lo soporta todo». Es gran verdad.
En la soledad del estudio, la pluma o la máquina pueden estampar
impunemente errores, falsedades y herejías. Para el que habla no existe
la misma libertad, pues se echan sobre él la protesta del adversario, la
autoridad de los jueces y aun la censura pública que no necesita ser
explícita para dejarse adivinar.
Por algo la sabiduría popular estableció este aforismo: «hablan-
do se entiende la gente».
Segunda: Por economía de tiempo. Una de las necesidades más
apremiantes para la justicia es que los asuntos no duren sino lo estric-
tamente indispensable. En el procedimiento escrito hay tantos o cuan-
tos días para cada alegación, para cada recurso, para cada decisión
interlocutoria. En el procedimiento oral todo va sobre la marcha. Un
juicio criminal puede ofrecer tantas complicaciones como un juicio
civil, pero las del primero se ventilan en unas horas y las del segundo
en unos meses o en unos años.
Tercera: El procedimiento oral es el supuesto imprescindible para
la publicidad. La existencia de una o de dos instancias, el sistema de
juicio oral o de apelación con informes verbales, son materia distinta
que examinaré luego y cada cual puede resolver como guste. Lo sus-
tancial es que hablen a los jueces las partes o sus letrados.
Cuarta: Por seguridad de que los jueces se enteren de las cuestio-
nes. Claro que eljuez omagistradoque recibe unos autos los debe estu-
diar y hemos de suponer que lo hace... Mas ¿quién nos asegura que
efectivamente ocurre así? Puede leerlos bien o leerlos mal o no leerlos.
Puede entender todas las razones o dejar de entender algunas y en este
último caso no tiene a quién pedir mejor explicación. Puede someter el
estudio a los apremios del tiempo, a las necesidades de la salud, a los
estímulos de la impaciencia. En una vista oral no tiene más remedio
que oír todo cuanto los abogados digan, a menos que sea impertinente
y deba llamarles la atención encarrilando el uso de su derecho. Contra
unos abogados que hablan no hay más defensa que dormirse, pero esto
es caso de escándalo o de ridículo que el público comenta y que
desprestigia al funcionario poniendo en riesgo, si lo tiene por sistema,
su propio destino. Cuando yo empecé a ejercer alcancé a ver magistra-
dos dormilones. Hoy en España es caso rarísimo que alguno dé «una

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR