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Los fundadores de la nación ante derecho y la opinión

Páginas95-118
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LOS CONSTRUCTORESDE LOS ESTADOS UNIDOS
V
LOS FUNDIDORES DE LA NACIÓN ANTE DERECHO Y
LA OPINIÓN PÚBLICA
JOHN MARSHALL, DANIEL WEBSTER Y ANDREW JACKSON
Conferencia pronunciada ante la Universidad Manchester,
junio 1 de 1923
La historia colo nial americana y de sus progresista s p rimeros pasos en el
camino de la construcción nacional explican con amplitud, a la luz de la razón, las
diferencias de opiniones que rápidamente se produjeron en torno de la significa-
ción y de los objetivos del sistema federal que acababa de in augurarse. Si no hubie-
ra surgido una poderosa y constante influencia que la obstaculizara , parece lógico
que la interpretación del sistema federal, a la que luego se llegó por el arbitramen-
to de una guerra civil, se hubiera general mente aceptado por las dos próximas
generaciones que siguieron a su adopción. Muy importantes y distintas influencias
contribuían a ese fin. La posesión por la n ación de un área vastísima de tierras
públicas abiertas fácilmente a la colonización, así como el desenvolvimiento econó-
mico del país impulsado por la necesidad de abrir caminos y canales media nte
elaborado sistema, tendían naturalmente a aumentar y multiplicar las actividades
del gobierno nacional, incitando a la población radicada en los terrenos reciente-
mente colonizados a buscar en la capital nacional auxilio y protección. Hace treinta
años, el Profesor Turner llamó por primera vez la a tención sobre la importancia e
influencia de las fro nteras en la historia american a.(1)
Las fronteras amer icanas,
como él lo indica , difieren grandemente de las fronteras europeas, que se halla n
fortificadas y que dibujan y marcan lo s límites entre países densamente poblados e
intensivamente desen vueltos. Las frontera s americanas tien en otra signi ficación. La
frontera es la línea marginal exterior de un área poblada, que, con ba stante frecuen-
cia, ha creado un géne ro de vida y de costumbres, y ha dado nacimiento a una
literatur a p ropia. Así como las frontera s f ueron extendiéndos e h acia el oeste y
creciendo en tamaño y población, fue viéndose la posibilidad de que se crearan
nuevos estad os que una vez organizados fueran admitidos en la Unión.
Las condiciones peculia res existentes por la institución de la esclavitud con-
vertían la admisión de cada nuevo estado en cuestión política. Mucho antes de que
el sentimien to seccional o regional surgiera, y se or ganizara un gran partido, exis-
tía ya un intenso estado pasional sobre esta cuestión de la admisión de nuevos
(1) Véase Turner, Frederick Jackson, The Frontier in American History (New York, Henry Holt & Co.,
1920).
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NICHOLAS M. BUTLER
estados, considerándose y discutiéndose si la admisión no perturbaría la balanza de
los poderes en tre las secciones del país, o si afectaría favorable o desfavorablemente
la existencia permanente de la esclavitud o su extensión a los nuevos territorios.
Mientras tanto, las poblaciones de estos nuevos estados se dirigían en mayoría a
Washington buscando ayuda y protección en forma como los estados primitivos
habían rehusado hacerlo, creándose entre ellos el hábito de fortalecer al gobierno
nacional, algunas veces aún en contra de sus intenciones. La parte que tomó este
movimiento en la histori a am ericana ha sido, sin duda alguna, podero sa. D ebe
recordarse q ue en tanto trece estados crearon la Unión original, en 1861, al estallar
la Guerra Civil, existía n veintiún e stados que er an hijos de la Unión y a los que el
pueblo de los trece primitivos estados habían dado vida .
A la esclavitud se debió que el sistema federa l establecido por la constitución
no hubiera podido desenvolverse libre y lógicamente hasta el punto de haber crea-
do una opinión pública universal que con siderara a la nación una unión indestruc-
tible formada por estados indestructibles (1), y q ue el gobiern o naci onal posee en
toda su plenitud l os atributos que lo capacitan para actuar en favor y como repre-
sentante del pueblo de todos los Estados Unidos, ante los estados mismos y ante el
mundo.
Un elemento heterogéneo dentro de la población de los Estados Unidos se
formó de ese cuerpo de hombres y mujeres de color que descend ían del negro
africano. Su relación numérica con la población blanca variaba dentro de cada uno
de los estados. Los primeros y consoladores movimientos para abolir la esclavitud
y restringir el tráfico de esclavos, de modo que la esclavitud des apareciera por
muert e n atural, s e detuviero n, cuando, p or el descub rimiento d e la máquina
desmontadora de algodón en 1793, Eli Whitney mostró un medio por el cua l el
trabajo esclavo podía llegar a ser excesivamente productivo a los propietarios. Se
ha estimado que esta invención sola aume ntó cien veces el pr oducto diario del
trabajo de un sólo esclavo. La esclavitud halló así base económica para su continua-
ción, y a pesar del trato benévolo y humano de miles de esclavócratas, pronto se
hicieron visibles los horrores de la esclavitud y del tráfico esclavo. C uando Mrs.
Stowe publicó Uncle Tom’s Cabin en 1852, encontró al auditorio nacional fácilmente
convencible por s u novela y por la apelación de su interesante libro. Si la esclavitud
hubiera estado má s extendida, y no hubiera estado confinada a una sola sección del
país, pudiera haber ocurrido que la esclavitud por su propio interés hubiera dese n-
vuelto un poderoso gobierno nacional para su propia protección y amparo. Desde
que la esclavitud se hizo seccion al, los esclavócratas y sus representan tes en e l
Congreso tuvieron que declarar pr incipios y adoptar políticas que eran en extremo,
anti-nacionalistas. Tanto las resoluciones de Kentucky y de Virginia de 1798, como
las declaraciones de la convención de Hartford en 1814, hubieran podido haberse
hecho entonces a favor de aquellas doctrinas anti-nacionalistas. New England y el
Sur l as proclamaron, con el consentimiento individual de muchas voces dentro de
esos estados y sus alrededores. Un breve examen de la s ituación con respecto del
crecimiento de la Unión por la adición de nuevos estados, mostrará por qué había
de suceder lo que ocurrió. El progreso del proceso de la construcción nacional en
los Estad os Unidos fue en gran parte determinado por dos genera ciones, debido a
que l a esclavitud era seccional, y se hallaba defendida como institución, desde los
más elevados principios religiosos y morales, por la clerecía y por los estadistas.
(1) Véase la Opinión del Jefe d e Justicia Chase en Texas v. White (1868), 7 Wallace, p. 725.

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