'Si fuera hombre jugando por el Sevilla, me conocería todo Chile'
Si Javiera Toro Ibarra hiciera el árbol genealógico deportivo de su familia, en la cúspide pondría a su bisabuelo Félix Toro Díaz, gran futbolista de Tocopilla que jugó por Iquique, Colo Colo, Ranger y O'Higgins. En 1963, el Círculo de Periodistas Deportivos le entregó El Cóndor de Oro, como el mejor futbolista amateur del país, en una ceremonia ante 70 mil espectadores en el Estadio Nacional, y para su muerte, en octubre de 2008, el diario La Estrella de Antofagasta le dedicó un extenso artículo titulado "Se fue una gloria del fútbol".Más abajo del árbol estarían sus abuelos, un gimnasta y una basquetbolista, ambos seleccionados por Tocopilla. Casi en la misma línea aparecería su tío abuelo Raúl Toro, exjugador de Cobreloa. Luego estaría Ibar Toro, su padre, que también jugó en Cobreloa, además de en Coquimbo Unido y Santa Cruz. Y en la base aparecería su primo Felipe Ibacache, de Cobreloa, y su hermano Ian Toro, centrocampista formado en O'Higgins y que hoy pertenece a la U. Católica. Y al final, ella, la más exitosa de este árbol.A sus 23 años, la defensa Javiera Toro es parte de la nueva generación de jugadoras de la selección chilena que clasificó para los Juegos Olímpicos de Tokio. En su currículo también está un subcampeonato de la Copa América y la participación en el Mundial de Francia de 2019. Desde julio del año pasado juega en el Sevilla de España, tras una carrera que comenzó en las divisiones menores de Palestino.-Extraño Tocopilla. Allá recargo mis energías para comenzar de nuevo. Me gustan sus playas, salir a trotar -dice desde su nueva ciudad, que comienza a salir de un invierno que fue muy helado, añade. Vive sola en un departamento, a 15 minutos del lugar donde entrena, hasta donde suele irse en bicicleta. Cuenta que el poco tiempo libre que le queda entre partido y partido lo ocupa en estudiar inglés y en salir a recorrer Sevilla, en especial sus parques, "donde encuentro un poco de tranquilidad".En su club conocen bien el fútbol chileno. Allí jugaron Iván Zamorano y Bryan Rabello, aunque cuando la entrevistan los medios locales siempre le preguntan por Gary Medel, dice. También por Alexis Sánchez. Suponen que por ser de la misma ciudad debieran conocerse, pero Javiera Toro confiesa que solo lo ha visto una sola vez en su vida, cuando él entregó los premios en un campeonato infantil en Tocopilla.Javiera se escucha sin prisa al otro lado del teléfono, pese a que en unos días juegan contra el Levante por la Liga y a mitad de semana les toca enfrentarse al Barcelona por la Copa de la Reina. Si solo fuera por su voz, se diría que se siente feliz, lejos de los días más amargos que vivió antes de que su carrera futbolística tomara el vuelo que tiene hoy. Pero su historia no es la de una infancia de carencias. "No teníamos una gran situación, pero nos alcanzaba", describe. Su padre, tras abandonar el fútbol, se dedicó a las faenas...
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