Las dificultades. La deformación del socialismo y el derecho
| Autor | Serguéi Alexéev |
| Páginas | 23-43 |
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EL DERECHO Y LA CULTURA JURÍDICA EN LA SOCIEDAD SOVIÉTICA
CAPÍTULO SEGUNDO
LAS DIFICULTADES. LA DEFORMACIÓN
DEL SOCIALISMO Y EL DERECHO
LOS IDEALES Y LA REALIDAD
Lo que hemos expuesto en el capítulo precedente acerca del derecho, de
su poder y posibilidades en la sociedad soviética son en lo fundamental datos
históricos y tesis teóricas generales, o sea, los ideales.
En realidad todo resultó más difícil.
En la vida sucedió que el derecho soviético no llegó a ocupar aquel eleva-
do puesto que le había destinado la esencia misma del socialismo y las posi-
bilidades que éste entrañaba.
Y como si esto fuera poco, con el derecho soviético, con su estado real
están muy relacionados aquellos grandes fenómenos negativos que aparecie-
ron en la vida a causa del radicalismo comunista de izquierda, de la deforma-
ción del socialismo y que se expresaron en la usurpación del Poder por Stalin
y su séquito, en la arbitrariedad, en el menosprecio de la legislación, en la
desviación de los principios morales humanitarios del socialismo.
Después de aquellas buenas palabras acerca de la misión del derecho
soviético en la vida de nuestra sociedad que acabamos de exponer en el pri-
mer capítulo, hay que decir otras palabras, muy amargas: en nuestra sociedad
el derecho no cumplió en la medida necesaria la misión que le predestinaba la
historia.
¿En qué se expresó esto?
El derecho soviético no supo prevenir la aparición en nuestra sociedad de
una excesiva concentración del poder político en las manos de una persona y
del afianzamiento, como dominante, de una dirección autoritaria, de ordeno y
mando. No previno, pero en principio podía y debía prevenir si hubiese cobrado
un desarrollo suficiente, que correspondiera a la esencia del socialismo. Más
aún, en 1930 y en los años siguientes, el derecho, contrariamente a su naturaleza
socialista, llegó a ser portador de los métodos autoritarios, el instrumento para
encubrirlos, legalizarlos y darles un aspecto «verídico».
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SERGUÉI ALEXÉEV
El derecho soviético no alcanzó a ser un escudo que defendiera contra la
arbitrariedad, la represión de los ciudadanos y graves violaciones de las leyes.
¡No alcanzó a ser, pero en principio podía y debía llegar a ser tal escudo! Más
aún, en 1930 y en los años posteriores, en forma de los horrorosos «procesos
ejemplares» de los finales de la década del 30, en forma de las «normas» del
la actividad en la esfera de la jurisprudencia y de la enseñanza jurídica, creó
una especie de máscara de la legalidad, la cual, en cierta medida, encubría el
abuso de poder, la arbitrariedad y el menosprecio de la ley.
El derecho soviético no aseguró el espacio para la actividad de los traba-
jadores, para el desarrollo de su iniciativa creadora y la independencia, para
la realización de los grandes derechos y libertades que le había proporciona-
do a la gente la Revolución. ¡No aseguró, mientras que su misión consistía en
asegurarlo! Más aún, en las condiciones del sistema de ordeno y mando las
posibilidades reales de los ciudadanos soviéticos de ser políticamente activos
fueron bastante limitadas y a veces reducidas a la nada, y el derecho soviético
se convirtió, en esencia, en el portador de los principios limitadores y prohibi-
tivos en la vida de la sociedad y defensor de la actividad punitiva por parte de
la milicia y los organismos de seguridad estatal.
Claro que aquí hay que hacer hincapié y mantener en el campo visual
toda la diversa gama de los procesos sociales de aquella época, puesto que a
la par con las mencionadas «acusaciones» y en contradicción de los señala-
dos aspectos negativos del sistema jurídico soviético todavía estaba en vigor el
espíritu de Octubre, seguían vigentes las positivas tendencias de los princi-
pios jurídicos fundados por Lenin y continuaban actuando, a veces oponien-
do una resistencia heroica a la infracción de las leyes, los juristas leninistas, la
mayoría de los cuales, por desgracia, cayeron, a finales de los años 30, vícti-
mas de la arbitrariedad. Es de señalar que la arbitrariedad y la violación de
las leyes se encubrían con mucho cuidado con las «formas legales», con las
«normas» y «procesos ejemplares». Además, muchas cosas simplemente se
pasaban en silencio. Más aún, las propias palabras que acabamos de decir
acerca del derecho soviético tienen el carácter de ciertas suposiciones y con-
jeturas que no deben crear ilusiones infundadas. En todo caso, el logro de tal
grado del desarrollo social, cuando el derecho soviético habría cumplido su
misión histórica, no es realizable por sí mismo, ya que debe formar parte del
desarrollo natural de la sociedad en su conjunto, donde el lugar central lo
ocupan la economía y el poder político.
Sin embargo, el hecho es el hecho. Señalemos la circunstancia de que,
sobre todo después de la muerte de Lenin, el derecho no solo no ocupó el
elevado puesto que le había sido predestinado por la propia naturaleza y la
esencia moral humana del socialismo, sino, por el contrario, y lo diremos
francamente, se vio en el último plano de la vida social, solo de vez en cuando
interviniendo como una fachada decorativa para poder encubrir, legalizar y
realizar los fenómenos negativos del pasado, las serias divergencias del socia-
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