'La deslealtad ha cruzado este Gobierno'
-Bajo todo punto de vista, ha sido bastante más difícil este gobierno que el anterior. Pero era obvio que sería así por las transformaciones que se plantearon y que son de fondo, porque después del cambio del binominal este país no va a ser el mismo. Después de los avances en la reforma en la educación y de la eliminación del lucro, tampoco.
-¿Coincide con el mea culpa que hizo el ministro Nicolás Eyzaguirre en el sentido de que el programa de la Presidenta Michelle Bachelet contenía muchas reformas a la vez y que era evidente que no se iban a poder llevar a cabo todas?
Estela Ortiz, 65 años, secretaria ejecutiva del Consejo Nacional de la Infancia, una de las amigas más cercanas de la Presidenta Bachelet, y ex presidenta de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), dice:
-Yo no hago ningún mea culpa. Tuvimos un programa muy ambicioso, y lo que se va a hacer ahora es que cosas que pensábamos dejar instaladas con mucha más fuerza tendrán que hacerse más progresivamente; es decir, pensando en los próximos cinco, siete años. Pero el programa se va a hacer igual. Soy obstinada, creo que esto va a funcionar.
"Ahora tengo ganas de vivir harto"
Nació en 1950, en plena era de Gabriel González Videla. El dato no es azaroso: su familia, todos de militancia comunista, vivía a diario la persecución de ese gobierno que había declarado ilegal al PC. De hecho, su padre, el historiador Fernando Ortiz, debió pasar un período en la clandestinidad.
Los Ortiz Rojas vivían en una casa en avenida Kennedy, en la época en que si se caminaba hacia el cerro Manquehue era puro campo.
-Yo creo que vivían ahí porque era lo más barato que podían pagar. No éramos pobres-pobres, pero no teníamos plata. Mi madre era secretaria y mi padre estudiaba.
La suya era una vida de campo, andaban en carreta, iban a comprar leche a la casa de los campesinos del sector. Usaban ropa regalada.
-Era gente de mucho esfuerzo económico, pero culturalmente teníamos una riqueza enorme -dice.
Estela Ortiz es nieta de Manuel Rojas, anarquista, escritor y premio Nacional de Literatura. Tenían una relación muy cercana: cuenta que su "papá Manuel" fue una de las personas que más influyó en ella. Vivió largos períodos con él en la misma casa, cuando ya se habían cambiado a Ñuñoa.
-Nos íbamos de paseo al Cajón del Maipo, todo el día, en una micro. En Puente Alto, tomábamos el tren. Hablábamos de todo, de su vida cuando él era joven, lo que había hecho, dónde había estado. Una vez, pasando por San Camilo, me contó de los prostíbulos.
En esa casa no había temas sin hablar, ni preguntas sin responder, dice.
-Vengo de una familia que fue muy libertaria. Había mucha conversación. De niños, siempre nos preguntaban la opinión. En mi casa se hablaba de política, de libros, de cultura. Llegaban escritores, todos del mundo anarquista. Se compartía, se bailaba, era maravilloso.
Estela Ortiz estudió en el Liceo Manuel de Salas, un colegio que "era un mundo más de artistas, de profesores, de la academia".
-Desde muy chica fui a marchas, esperaba que mi papá llegara en la noche a ver si lo habían detenido. Me acuerdo de estar con mi nana, con mi hermano, sentados en la mesa del comedor con esa sensación de angustia de si iban a llegar o no. Debo haber tenido 5 o 6 años.
El único quiebre que recuerda de su adolescencia fue la separación de sus padres, a los 15 años. Fue dramático, dice, le costó años perdonar a...
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