La culpa es siempre del empedrado
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pierde adhesión y la aprobación del Presidente Boric
y de sus ministros se desploma ante las evidentes
muestras de ingobernabilidad, levantando de paso
cuestionamientos sobre si las autoridades están o no
preparadas para desempeñar las desafiantes respon-
sabilidades que implican conducir la administración
del Estado. Sin ir más lejos, refiriéndose a la crisis
de seguridad, la propia ministra vocera de Gobierno,
militante del Partido Comunista, Camila Vallejo, reco-
noció que la realidad era peor de lo que pensaban.
Este reconocimiento de inexperiencia y falta de capa-
cidades de ciertas autoridades para hacer frente a los
deberes y responsabilidades que impone el servicio
público, resulta preocupante considerando que este
Gobierno acaba de cumplir un año en el poder, tiem-
po marcado por un relato errático que a ratos da
muestras de compromiso con las principales deman-
das de los chilenos y en otros, comete “desproligida-
des”, como, por ejemplo, cuando indulta a los mismos
delincuentes que en un momento determinado justi-
ficaron la violencia como método de acción política.
Es de esperar que las reflexiones del Presidente dejen
de plasmarse en discursos buenistas y se materialicen
en acciones conducentes a remediar la crisis de segu-
ridad por la cual atraviesa Chile y, de paso, reparar
el profundo daño que él mismo y su sector político
ha hecho a nuestro país, cimentando su popularidad
en una constante afrenta a la institucionalidad y a las
policías.
El Presidente Boric debe expiarse de los complejos
propios de su sector. Porque ya no se trata de convo-
car mayorías e interpretarlas, sino que de la super-
vivencia de su administración. En esa línea, debe
entender con urgencia que ya no es el diputado dísco-
lo. Ahora es el Presidente de la República y el destino
del país depende de él.
Luego de cuatro meses en que Irasí Hassler defendió la compra de
la ex clínica Sierra Bella por ser “un proceso de acuerdo a la norma-
tiva”, la alcaldesa de Santiago decidió no perseverar en la adqui-
sición del inmueble ¿Recapacitó? Al parecer Contraloría la hizo
recapacitar, al emitir un lapidario informe en el que cuestionaba
la transacción por haberse detectado “un precio injustificado”, afir-
mando que no se “cauteló el correcto uso de recursos públicos” (la
oferta que se hizo a la empresa inmobiliaria por el edificio fue de
$8.200 millones, un valor cuatro veces más alto que el de inmuebles
de similares características en el mercado).
Tras la divulgación del informe de Contraloría, la alcaldesa realizó
un punto de prensa para asegurar que acataría el fallo, reiterando
a su vez que no existió ningún gasto público en el proceso. Acto
seguido, y lejos de asumir su responsabilidad como líder comunal,
sostuvo que los tasadores que pagó la Municipalidad de Santiago
para fijar el valor a pagar por el edificio “tienen que dar las expli-
caciones frente a la justicia” y confirmó que se instruirán sumarios
administrativos internos y se presentarán querellas contra los tres
profesionales. Además, comunicó que pediría la renuncia del direc-
tor jurídico, Jean Pierre Chiffelle, y del secretario de Planificación
Comunal, Luis Mayorga.
Al margen del radical cambio discursivo y del escarnio a los profe-
sionales, cuyo trabajo fue defendido en reiteradas oportunidades
por la propia alcaldesa frente al Consejo, Hassler parece obviar que
es la máxima autoridad del municipio, por ende, responsable de
garantizar que las políticas y acciones del mismo sean coherentes
con los intereses y necesidades de la comunidad, asegurando de
paso que su administración sea ética, eficiente y efectiva.
Al igual que el actual Gobierno, la alcaldesa de Santiago, Irací Hass-
ler, irrumpió en la administración del Estado asegurando que serían
diferentes a la “elite corrupta de antaño”, esa de los mal vilipendia-
dos 30 años. Sin embargo, aún no se han visto muestras de aquello.
De hecho, todo lo contrario, pero la culpa no ha sido de la nueva
generación de políticos, la culpa es siempre del empedrado.
LA CULPA ES SIEMPRE DEL EMPEDRADO
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GIMNASIA POLÍTICA
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