COP 21: Los Derechos Humanos en las discusiones sobre cambio climático - Núm. 38, Diciembre 2015 - Boletín FIMA - Noticias - VLEX 829572081

COP 21: Los Derechos Humanos en las discusiones sobre cambio climático

No es fácil entender la importancia que tiene un evento como la COP21, que se celebra por estos días en París. No es fácil, en primer lugar porque el conocimiento sobre el cambio climático, sus causas, consecuencias y maneras de enfrentarlo es a la vez inasible y escaso. Inasible por la gran la cantidad de estudios, expertos, opiniones, posiciones políticas y éticas que se discuten a nivel global. Escaso por la poca penetración que estas discusiones tienen en el público en general y en los medios tradicionales a pesar de la relevancia que los efectos del cambio climático tiene sobre la vida cotidiana de las personas. Cosas que van desde el precio de los alimentos hasta la frecuencia de los grandes desastres ambientales, se vinculan con el clima y, en ese sentido, con la ciencia, la política y la economía.

De este evento, donde más de 11.000 personas de todo el mundo se reúnen en torno al desafío de colaboración más urgente que ha enfrentado la humanidad, saldrá el texto que “gobernará” el cambio climático desde el año 2020 en adelante. El objetivo es mantener este fenómeno en niveles “menos peligrosos” para la humanidad, lo que hoy se espera, sea fijado en 1,5º de aumento de la temperatura de la tierra, en comparación al período pre-industrial.

Los desafíos, tanto dentro del texto mismo como una vez que éste haya sido acordado, son múltiples y complejos. Uno de los más relevantes, es el reconocimiento de los derechos humanos como uno de los principios básicos del Acuerdo de París, sobre los cuales construir las acciones de mitigación y adaptación al cambio climático. Esto tiene una relevancia fundamental para evitar que el peso de la mitigación, y especialmente el de la adaptación, no sea puesto nuevamente en los grupos más vulnerables, que son los que menos han hecho para llegar a esta situación y sin embargo son quienes se encuentran en mayor riesgo y por lo tanto, sufren mayormente con los impactos del cambio climático.

Por dar un ejemplo concreto, las personas que viven en tomas de distinto tipo en diversas ciudades del mundo, normalmente lo hacen porque no tienen recursos para solventar otro tipo de viviendas. Ellos han hecho muy poco para contribuir a la emisión de gases de efecto invernadero y sin embargo son los más golpeados por sus efectos. Poco tienen para defenderse frente a tormentas inusuales (como el norte de Chile), sequías prolongadas (como el centro de Chile), incendios forestales abonados por altas temperaturas y sequía...

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