Los conflictos y déficits que enfrenta el Ministerio de Desarrollo Social
Son, además, parte de los factores que pesan en la mala evaluación que diputados y senadores hacen de este ministerio (ver D 6 y D 7). Y se suma a las cifras de la encuesta Adimark de noviembre, donde Villegas aparece con solo 23% de conocimiento por parte de la ciudadanía.
En el Ejecutivo están conscientes de este escenario y desde su entorno no se descarta que algunos de estos temas hayan estado presentes en la conversación privada que la Presidenta Michelle Bachelet sostuvo con Villegas cuando suspendió de improviso una gira por el sur y retornó a La Moneda en medio de fuertes rumores de cambios en el gabinete. En ese encuentro -antes de partir a su viaje por México y Perú- Bachelet sacó un cuaderno y tomó notas de la conversación en la que le hizo varias consultas sobre la cartera.
Conflictos internos y falta de redes políticas
Militante del Partido Socialista, Villegas no tiene domicilio en ninguna de las tendencias internas de la colectividad. De ahí, en parte, su escasa red de apoyo en el PS.
Los socialistas señalan que no tiene una cercanía con Osvaldo Andrade, presidente del partido, sino que una relación solo funcional, ya que, comentan, existe una brecha generacional entre ambos.
Los nexos de la ministra se generaron con personeros que participaron en el comando presidencial y con integrantes del segundo piso del primer mandato de Bachelet, donde ella se desempeñaba como asesora de temas sociales en la secretaría ejecutiva de la red de protección social Protege.
Y si bien en el entorno de la ministra aseguran que mantiene una buena relación con sus subsecretarios -Juan Eduardo Faúndez, de Servicios Sociales, y Heidi Berner, de Evaluación Social- desde el oficialismo tienen otra versión.
En particular, sus roces serían con Faúndez, a quien conoció cuando él era director del Instituto Nacional de la Juventud (Injuv) y ella era jefa de gabinete de Clarisa Hardy (Mideplan) en el primer gobierno de Bachelet.
El subsecretario es PPD y pertenece a la G 90, el mismo grupo al interior de la colectividad del que es miembro el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo. Ambos son muy amigos; de hecho, los dos vivieron juntos en Inglaterra y en Madrid, hasta donde viajaron para estudiar en 2009 y 2010.
Este es uno de los factores que, dicen en La Moneda, tiene "empoderado" al subsecretario. Muchos parlamentarios comentan que él es más ejecutivo y que "saca el trabajo adelante". Además, aseguran que tiene toda la muñeca política de la que precisamente carecen Villegas y su otra subsecretaria. Con Heidi Berner la ministra tiene más sintonía y conversan más seguido.
Sus asesores más cercanos son Francisco Pinochet (RD), su jefe de gabinete, que coordina agenda, y Nicole Garrido (PPD), encargada de la relación con el Congreso.
Con el ministro que tiene más cercanía en La Moneda es con el secretario general de Gobierno, Álvaro Elizalde, pero su peso es secundario en Palacio. Y eso lo grafican con el rol poco visible que jugó -en el ámbito de las decisiones políticas- luego del terremoto del norte y el incendio de Valparaíso. Ello, tomando en cuenta que su cartera, por su sello social, podría...
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