¿Qué Chile desea ahora la Nueva Mayoría? - 14 de Agosto de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 646963165

¿Qué Chile desea ahora la Nueva Mayoría?

Sin embargo, esto no se debe solo a las diferencias políticas internas o a una falta de imaginación ideológica. Se debe principalmente a que la NM -al igual que la izquierda fuera de ella- devino a estas alturas en un grito de indignación contra gran parte de lo construido durante más de tres decenios por los chilenos, pero no en un proyecto alternativo frente a la economía de mercado, la democracia parlamentaria y los desafíos de la globalización. En rigor, fue en 1970 cuando la izquierda postuló por última vez un modelo concreto, el socialismo "con sabor a vino tinto y empanadas", que contaba con referentes reales. Hoy la NM es condena pura mas no afirmación, intención loable mas no gestión, utopía vaga mas no realismo. Se trata de un déficit de la izquierda mundial, que en Chile se agrava, pues aquí, al engolosinarse ella con una parte de la administración del país más liberal de la región, perdió rápido algo esencial de su identidad: el talento para generar alternativas utópicas nacionales.

Sospecho que este déficit se debe a que el último siglo le resultó traumático. ¿La razón? Todos sus modelos reales fracasaron. Comencemos con la Revolución Rusa de 1917: ¿Qué quedó de su heredera, la Unión Soviética? ¿Y qué de las repúblicas "populares" de Europa Oriental, fundadas en la posguerra? ¿Y no evolucionaron China y Vietnam hacia economías de mercado bajo férrea conducción comunista? Incluso la dictadura de los Castro, tormento de ya 57 años para los cubanos, intenta avanzar hacia el capitalismo, aunque sin soltar las riendas del poder. ¿Y se podrá hallar alguna gota de inspiración razonable en el régimen tiránico de Corea del Norte?

Pero tampoco vemos alicientes en la región: la vía armada de Fidel Castro y el Che Guevara causó muerte y destrucción, y la justificación ideal para el ascenso de dictaduras de derecha. Tampoco la vía pacífica al socialismo de Salvador Allende prosperó. El sandinismo, en los ochenta una luz de esperanza para la izquierda, agoniza hoy irreconocible bajo un Daniel Ortega que emula a los Somoza en su apego al poder. ¿Y qué decir de la Venezuela de Chávez y Maduro, quebrada en lo económico y polarizada en lo político pese a contar con las mayores reservas petroleras mundiales? ¿Algo inspirador que rescatar tal vez de la Argentina de los Kirchner, el Brasil de Lula y Dilma, los gobiernos de Correa o Morales, o de la "integración bolivariana", que fue más bien retórica?

¿O quizás el último aliento inspirador viene de...

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