Chile y el cambio climático: Ambición hacia afuera pero poca claridad hacia adentro - Núm. 27, Diciembre 2014 - Boletín FIMA - Noticias - VLEX 829631809

Chile y el cambio climático: Ambición hacia afuera pero poca claridad hacia adentro

AutorGabriela Burdiles P.
CargoDirectora de Proyectos FIMA

Por estos días se desarrolla en Lima la Vigésima Conferencia de las Partes (COP20), que reúne a los países que firmaron la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), con el objetivo de estabilizar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en la atmósfera..

Dentro de los objetivos más relevantes de dichas reuniones de negociación está la conclusión del borrador de un nuevo acuerdo global para reducir las emisiones de GEI, que se adoptaría en la COP21 de Francia en 2015, y que entraría en vigencia a partir de 2020. Se espera que con toda la evidencia existente en torno a las causas y a las dimensiones del problema, se genere un acuerdo político sólido capaz de sortear las enormes diferencias entre todos los países, que permita concluir con un compromiso internacional ambicioso, a la altura de las necesidades en la lucha contra el cambio climático y que reemplace el antiguo régimen del Protocolo de Kioto (PK).

En el caso de Chile, los aportes de GEI corresponden a un 0,26%, considerando sólo las emisiones de CO2 por combustión de hidrocarburos a nivel mundial (Ministerio del Medio Ambiente, 2011). Pese a lo baja de esta cifra en el contexto de las emisiones mundiales, ésta se ha ido incrementando significativamente en el período 1984-2006, pasando de aproximadamente 7 a 60 millones de toneladas de CO2 equivalente. Además, de acuerdo a estudios e información del Panel Intergubernamental en Cambio Climático (IPCC), Chile cumple con varios requisitos que lo hacen territorio vulnerable a los efectos de este fenómeno, tales como tener una orografía muy variable y pronunciada, en especial en la cordillera de los Andes y de la Costa y un porcentaje muy importante del territorio susceptible a sequía y desertificación. Por otra parte, los glaciares y las cumbres andinas retroceden o se adelgazan, lo cual amenaza con privar de agua a vastas zonas de nuestro país. En cuanto al océano, éste sube su nivel o cambia su composición química, afectando el régimen de corrientes.

En atención a esta vulnerabilidad que sufren algunos países frente al cambio climático, es que la CMNUCC ha desarrollado no sólo la mitigación de GEI como su principal eje estratégico de acción, sino que también ha establecido que se requieren acciones de adaptación para hacer frente a los desafíos de un clima cambiante, y con este fin es que los países deben elaborar estrategias y programas de adaptación o NAPAS (por sus siglas en inglés).

Así...

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