Capítulo segundo: El punto de vista social - Segunda parte - La república cooperativa - Libros y Revistas - VLEX 1023418410

Capítulo segundo: El punto de vista social

Páginas84-100
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ERNEST POISSON
CAPÍTULO II
EL PUNTO DE VISTA SOCIAL
LA COOPERACIÓN ES SOCIALISTA POR NATURALEZA
«El cooperatismo de Carlos Gide y el socialismo de Juan Jaurès, se aproxi-
man».
Albert Thomas
A) ¿En qué la cooperativa es socialis ta?
Nadie duda que la República cooperativa no se presenta como una solu-
ción socialista de la cuestión social.
Su fin, e ideal que persigue realizar por medio de su desarrollo perma-
nente y que poco a poco implanta parcialmente, es idéntico al del socialismo.
Y cuando pronunciamos la palabra socialismo, hay que darle el sentido
preciso adquirido en estos últimos cincuenta años, como doctrina política de
transformación social, aceptada y sostenida por millares y cientos de milla res
de hombres, y, sobre todo, por los trabajadores de Francia y del mundo entero.
No se trata tan solo de decir que la Cooperación es socialista, porque
descansa en una doctrina económica de acción colectiva y opuesta al indivi-
dualismo. Si la palabra socialismo ha podido tener en sus orí genes este senti-
do tan general, hoy se emplea para determinar una teoría más definida.
No se trata tampoco de decir que la Cooperación es socialista, porque
engendra una moral de solidaridad, y de este modo, dar a la palabra socialis-
mo un sentido vago de sentimiento de fraternidad humana, sentido que ha
perdido desde hace mucho tiempo, sentimiento tan fácil de obtener, que po-
dría ser, en realidad, el bien todo de el mundo.
Si la Cooperac ión es socialista, es que la República cooperativa y la Re-
pública social son dos hermanas, deseando una y otra instaurar un sistema
económico, idéntico, en sus lí neas generales.
Verdaderamente, esto no quiere decir que para ser cooperador haya que
ser socialista, ya que a muchos que ingresan en el cooperatismo les inducen
otros móviles: vida más barata, regularidad en los precios, supresión de los
intermediarios, no importando conocer la opinión de los que pertenecen a la
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LA REPÚBLICA COOPERATIVA
Cooperación. Su modo de pensar, nada tiene que ver con la cuestión de saber
si la cooperativa es una institución socialista por sí, o por su misma naturale-
za. La opinión de los que la componen no interesa conocerla.
Veamos de antemano cómo se define la doctrina del socialismo político.
Si se toma el boletín de adhesión de un miembro del partido socialista
francés, se lee la siguiente fórmula de principios, sacada de las decisiones de
los Congresos internacionales:
«Acuerdo y acción internacional de los trabajadores, organización del
proletariado en partido de clase para la conquista del poder, y la socialización
de los medios de prod ucción y de cambio; es decir, la transformación de una
Sociedad capitalista en una Sociedad colectivista o comunista».
Dejand o a un lado, por el momen to, los tres primer os principios ,
internacionalismo, organización de clase del proletariado y la conquista del
poder, medios de implantación sobre los que ya volveremos, haremos constar
solamente que el fin del socialismo, es la socialización de los medios de pro-
ducción y de cambio.
¿Cuál es ahora el fin de la República cooperativa? Véase la declaración
de principios de la Fe deración Nacional de las Cooperativas de Consumo,
nacida del pacto que en Francia ha determinado la constitución de unidad de
todas las fuerzas cooperativas.
Esta declaración caracteriza igualmente, en este país, al cooperatismo en
sus últimos fines más perfecta mente que ha sido hecho jamás en el mundo.
«La Cooperación persigue el substituir el régimen de competencia y capi-
talista actual, por un régimen donde la producción sea orga nizada, desde el
punto de vista de la colectividad de los consumidores, y no desde el punto de
vista de las ganancias.
«La apropiación colectiva y gradual de los medios de producción y de
cambio, por los consumidores asocia dos guardando éstos para sí mismos, de
hoy en adelante, la s riquezas que hubieran creado».
Abstracción hecha de los medios, tanto la República cooper ativa inte-
gral, como la República social, tienen como propósito final crear la propiedad
colectiva de los medios de producción y de cambio. Es por ello, que Socializa-
ción y Cooperación, son dos términos muy cercanos, si no idénticos.
Es también por lo que muchos cooperadores se niegan a hablar de Co-
operación, denominada socialista, porque pretenden que este adjetivo no aña-
de absolutamente nada a la idea cooperativa. Es un pleonasmo, que les parece
moralmente ofensivo, ya que la Cooperación no tiene necesidad de denomi-
narse socialista para llegar a serlo.
Además, añaden, que la palabra socialismo, se toma, generalmente, en
un sentido puramente político, y, por lo tanto, no es adecuada para expresar

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