Capítulo IX
| Autor | Martha Fabiola García Álvarez |
| Páginas | 135-155 |
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CAPÍTULO IX
9.1. victimación por violencia como consecuencia y f actor
que influye en l a conducta deli ctiva femenina
Sobre los aspectos relativos a las vivencias de las mujeres que cometen
delitos, se encuentra la violencia que sufren estas desde su niñez, provocada
principalmente por la familia, la que debería de ser la protectora y orientado-
ra de la mujer, de forma más positiva, es en cambio, en muchos de los casos, la
más negativa en su vida. Lo anterior se demuestra en una investigación sobre
violencia, la cual se recopiló en mayo de 1982 a marzo de 1983, un total de 834
denuncias de las cuales el 45.60% involucraban como víctima a una niña. El
principal agresor era la madre en un 44% (Lima, 1999:133).
En cuanto a los niños golpeados (1983-1986, México) (Análisis Siste-
mático de los datos registrados de menores maltratados en el Programa DIF.
Preman 1983-1986; Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Fami-
lia). Es una investigación que extracta las denuncias, comprobándose en el
33.93% menores maltratados. De los 2, 150 menores maltratados resultaron
49.67% del sexo femenino con promedio de 7 años. Se encontró que el más
maltratado era el primer hijo de la familia; siendo la madre la más agresora
con un promedio de 28 años de edad (Lima, 1999:135).
Sobre las mujeres golpeadas en México (Esta Investigación se efectuó
con la asesoría del Dr. Luis Rodríguez Manzanera y bajo la dirección del
M.C. Álvaro Martínez Solano Redilla y Elsa Delgadillo Aguirre); el Instituto
de Formación Profesional de la Procuraduría General de Justicia del Distrito
Federal, dirigido por el Dr. Roberto Jocavén García, realizó una investigación
para conocer la dimensión y características del problema de maltrato físico a
mujeres en el seno del hogar (Lima, 1999:139). Se recabaron datos de 502 casos
de mujeres que formularon denuncia o queja en el Ministerio Público, 333 con
fe médica de lesiones, y el 83.16% (de 333) de las víctimas recibieron lesiones
leves o simples golpes, lo cual conrma que más que lastimar a la víctima, la
intención fue demostrar superioridad o dominio (Lima, 1999:139).
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El 68.53% dedicadas a labores domésticas en su hogar; en cuan al vic-
timario el 40% de 26-33 años el 50.6% con grado inferior a secundaria y 70%
fueron empleados, choferes y artesanos. Y las horas más frecuentes de maltra-
to son las nocturnas y los días en que se acentúan son los sábados y domingos.
El lugar de la comisión es en el 96.81% de los casos la propia casa y no siempre
en privado. Una de cada 3 víctimas no tiene hogar independiente, sino que
viven con la familia de él o de ella (Lima, 1999:139). Según los fallos judiciales,
la mujer es víctima en el 78% de los casos, de violencia intrafamiliar (Lima,
1999:141).
La violencia, el maltrato conlleva graves consecuencias en las muje-
res, entre los que destacan es el intento de suicidio de las mujeres abusadas
sexualmente (Van Egmon, Garnestski, Jonker, 1990; Lima, 1999:141). De 158
mujeres estudiadas de 20 años y mayores. Los resultados demostraron que las
personas agredidas sexualmente presentan mayores problemas severos en su
historia, mayores conductas suicidas.
En este problema de violencia, donde se acentúa aún más en los jóve-
nes, Juan José Medianero Peña (2006) comenta que, nos encontramos en una
época de revolución tecnológica de grandes avances en la técnica y de logros
antes solo posibles en sueños; podemos ir a la luna o hacer posible la clona-
ción, pero todo este crecimiento a nivel cientíco y tecnológico se contrasta
con el pobre crecimiento humano a nivel espiritual y moral.
Una de las manifestaciones de esta indigencia es la violencia, la cual se
presenta con más fuerza en la actualidad en los jóvenes, por lo cual se nos hace
válido preguntarnos el porqué de la violencia juvenil. Buscar una respuesta
a nuestra interrogante es indagar en una gran serie de respuestas; las cuales
podríamos resumirlas en que los delitos violentos realizados por jóvenes y
especialmente por adolescentes se debe a la conuencia de factores psicológi-
cos, familiares, económicos y socioculturales de esta época (Medianero, 2006).
Medianero (2006) explica que para comprender este fenómeno es im-
portante poder denirlo, saber que se entiende por violencia, pues es éste un
concepto sometido a muy diferentes interpretaciones: Para Domenach, es una
denición poco compleja y de fácil comprensión, violencia es “el uso de la
fuerza, abierta u oculta, con la nalidad de obtener, de un individuo o de un
grupo, algo que no quiere consentir libremente”. La violencia no es solamente
un determinado tipo de acto, sino también una determinada potencialidad.
No se reere solo a una forma de “hacer”, sino también de “no hacer”. Una
forma de identicar un acto violento es reconocer que la violencia es una for-
ma perversa o maligna de agresividad, que ejerce un individuo contra otro de
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