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Capítulo II: Los partidos políticos

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Derecho constitucional
caPitulo ii
los Partidos PolÍticos
§ 1. Los partidos en Los “estados de democr acia cLásica”: en
generaL
sumario: 250. Creciente inuencia de los partidos (considerados desde un pun-
to de vista sociológico) sobre la vida constitucional, tanto en los Estados
con bipartidismo (Inglaterra, Estados Unidos, etc.) como en aquellos con
pluripartidismo (Italia, Francia, Alemania, etc.).—251. Los partidos se pre-
sentan, desde el punto de vista jurídico, como asociaciones políticas especi-
cas, reguladas por propios ordenamientos jurídicos.—252. La progresiva y
reciente constitucionalización de los partidos considerada en orden: A) a
sus relaciones con las Cámaras (los llamados grupos parlamentarios) y con
otros órganos representativos;—253. B) a su intervención en las operacio-
nes electorales (los llamados grupos electorales);—254. C) a la regulación
legislativa de su democraticidad [a través de los diversos procedimientos
del control estatal: a) meramente exterior y negativo, b) ideológico-programá-
tico, o c) estructural y funcional interno].—255. Los partidos políticos como
entes auxiliares del Estado.
250. Es sobradamente conocido que los partidos políticos han llegado a asumir in-
uencia cada vez más extensa e importante en el funcionamiento cotidiano de la vida
constitucional de los Estados modernos, en la cual el ciudadano no participa más
que raramente como individuo aislado, y más bien casi siempre como miembro, o
adherido, de tales complejas formaciones sociales. La amplia participación del pueblo en
las funciones públicas en los Estados de democracia clásica del mundo contemporáneo
ha conferido, además, nuevos caracteres a los nuevos partidos, transformándolos,
de iniciales y simples asociaciones constituidas entre algunos componentes de las Cámaras
parlamentarias (elegidos por su prestigio personal en los respectivos colegios, como
sucedía, por ejemplo, con la “derecha” y la “izquierda” del Parlamento italiano de
nales del siglo XIX), en agrupaciones entre ciudadanos que se potencian, esencialmente,
con motivo de las varias competiciones electorales y, en n, en complejas y vastas organi-
zaciones dirigidas a inuir de modo permanente en la opinión pública1, valiéndose de todos
los medios más perfeccionados ofrecidos por la técnica moderna. Y, en cierto sentido,
1 Sobre el inujo de la “opinión pública” en la vida constitucional, por ejemplo: laWrence loWe-
ll. Public Opinion and Popular Government, Nueva York, 1913, y Public Opinion in War and Peace,
Cambridge (Mass.), 1923; dicey, Lectures on the Relation between Law and Public Opinion in England
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Paolo Biscaretti di ruffia
puede ahora estimarse que el citado encuadramiento en los partidos de masa (¡de
otro modo amorfa!) de los ciudadanos, según muy precisas orientaciones políticas,
constituye una absoluta necesidad práctica para permitir su participación en la vida
pública en los grandes Estados contemporáneos.
Desde un punto de vista sociológico, los partidos2 se presentan, hoy, como “organi-
zaciones sociales espontáneas, caracterizadas por una comunidad de concepciones o
de intereses políticos de sus adheridos, tanto inscritos como simpatizantes (llamado
vínculo ideológico), que inuyen en la determinación de la orientación política general
de gobierno (llamado vinculo ideológico); y para realizar tal n buscan, esencialmente,
conseguir el mayor número de puestos en las elecciones políticas (y, por mimetismo,
también en las administrativas). Ya se ha visto cómo el diverso número de los partidos
(siempre plural: ya que el Estado de democracia clásica se presenta como Estado de par-
tidos, en contraposición con el Estado autoritario y con el de democracia marxista, que
son, en cambio, por lo regular, de partido único: número 71) y su postura recíproca
diferente han modicado, muy a menudo, en los Estados particulares, el mismo fun-
cionamiento teórico de las respectivas formas de gobierno [número 76, B)].
Pero frente a pocas grandes naciones—entre las cuales recordemos, principalmente,
Inglaterra3 y los Estados Unidos4—donde se ha conservado perennemente, a través
during the Nineteenth Century, 2.ª ed.. Londres. 1914; d’alessio, La forza dell’opinione pubblica nello
Stato moderno di diritto, Urbino, 1915; leoni, Il concetto di pubblica opinione. RIDD. 1946.
2 En general: minGhetti, I partiti e l’ingerenza loro nella politica e nella amministrazione, Bolonia,
1881 (reimpresión, Roma, 1944); Ferrari, I partiti nella vita politica. Turín, 1909; michel s,
Zur Soziologie des Parteiwesens in der modernen Demokratie, 2.ª ed., Berlín y Leipzig, 1925 (1.ª
ed., 1911; trad. ital., Turín, 1912 v 1924), y Saggio di classicazione dei partiti politici, RIFD,
1928; ostroGorsky. La démocratie et l’organisation des partis politiques, 2 vols., 2.ª ed., París,
1912 (1.ª ed.. 1903, y trad. ing., Nueva York, 1922); naWiasky, Die Zukunft der politischen
Parteien, Múnich, 1924; lachenal, Le parti politique, Basílea, 1944; laVau, Partis politiques
et réalités sociales, París, 1953; duVerGer, Les partis politiques, 2.ª ed., París, 1954 (trad. ital.,
Milán, 1961; y amplia recensión de bobbio, en “Occidente”, 1954, 97; número 2, dedicado
a los partidos); neumann (ed.), Modern Political Parties: Approach to Comparative Politics,
Univ. of Chicago Press, 1956; etc. Trad. esp. Jaime de Ojeda. Ed. Tecnos, Madrid, 1965.
3 En Inglaterra, hasta el comienzo del siglo XX, solo dos grandes partidos (conservadores y libe-
rales, que sucedieron, a nes del siglo XVIII, a los anteriores tories y whigs) se alternaron en
el Gobierno: después tampoco desapareció el bipartidismo, porque los laboristas surgieron a
nes del siglo pasado y suplantaron pronto casi completamente a los debilitados liberales.
En general: ostroGorsky, La démocratie et l’organisation des partís politiques, 2.ª ed., Pa-
rís, 1912, vol. I; treVelyan, The Two-Parties System in English Political History, Londres,
1926; samuel, The Party System and National Interest, en “Papers on Parliament”, Londres,
1949 (“Hansard Society”); Potter, British Party Organisation, 1950, PsQ, 1951, 65; “Parlia-
mentary Affairs”, vol. V, N. 1, 1951 (Special Issue on the British Party System): liPson. The
Two-Party System in British Politics, APSR, 1953, 337; bulmer-thomas, The Party System in
Great Britain, Londres, 1953; mckenzie, British Political Parties, Londres, 1955; barke ley,
Die Entwicklung und Stellung der politischen Parteien in englischen Verfasschungsrecht, JöR, V,
1956; JenninGs, Party Politics, I: Appeal to the people, Cambridge, Univ. Press, 1960.
En Italia: bobbio, I partiti politici in Inghilterra, Roma, 1946; G. D. Ferri, L’organizzazione dei
partiti politici in Inghilterra nel suo svolgimento storico e nella sua fase attuale. RaDP, 1948, L 54
(reim. en Studi sui partiti politici, Roma, 1950); E. serra, I partiti inglesi, Milán (ISPI), 1958.
4 También en los Estados Unidos, en los primeros decenios del siglo pasado, hasta hoy,
la lucha política, en el plano federal, se desenvolvió casi únicamente entre demócratas y

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