Apéndice - Segunda parte - El delincuente y sus jueces desde el punto de vista psicoanalítico - Libros y Revistas - VLEX 980630933

Apéndice

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ÍNDICE
APÉNDICE
ALGUNAS NOTAS SOBRE EL «JUS PUNIENDI»
Hemos llegado al final de nuestro trabajo. A nuestro objeto de alcanzar una
compre nsión más pro funda de la acci ón criminal m ediante los co nocimient os
psicoanalíticos, no tenemos nada esencialmente nuevo que añadir. Esperamos que
una inteligencia psicológica de la vida anímica del delincuente e n toda su profundi-
dad proporcione elementos más útiles, para poder emplearlos en la lucha contra el
crimen. Nuestra intención no ha sido ocuparnos de estas medidas. Nos limitamos a
la Psicolog ía criminal, que debe ser el fundamento científico de todo di agnóstico y
justicia criminales del futuro.
Pero si nos preguntamos las consecuencias prácticas que en la actualidad presen-
te pueden tener nuestras investigaciones, el resultado es un poco descorazonador. Es
cierto que hemos logrado demostrar que a una gran parte de los infractores de las
leyes, a los que aún se trata como criminales, debería aplicárseles otro tratamiento.
Los criminales neuróticos son en realidad enfermos, advirtiendo que se trata de neuróticos
sin síntomas, que exteriorizan s u enfermedad en la vida y que, a un condenando estas
actuaciones, tanto consciente como inconscientemente, no podemos evita rlas. Con
esto no hemos hecho más que aumentar el número de aquellos delincuentes que en
otras épocas, como posesos del diablo, se sometían a la justicia penal. Y ni siquiera
este intento es nuevo, porque ya la moderna Psiquiatría forense propende a determi-
nar para es tos enfermos, esclavos de s us instintos, un tratamiento di ferente al de los
delincuentes normales. En realidad, no hemos hecho más que utilizar el microscopio
de la Psicología profunda pa ra precisar más esta diferenciación, captando con ma yor
exactitud los casos de criminales pa tológicos, descubriendo la esencia de su enferme-
dad y describiendo detalladamente la participación que en sus actos tienen los acon-
tecimientos psicopatológicos. Por eso nos atrevemos a proponer para estos casos una
solución nueva y sencilla, a saber: la abolición de toda medida expiatoria y su sometimien-
to a un tratamiento educativo basado en el Psicoanálisis. No podemos menospreciar la
trascend encia práctica de e ste re sultado: ya e xiste g ran n úmero d e del incuentes
neuróticos; per o nuestro d esengaño persiste, porque esto no significa una transfor-
mación a fondo del Derecho penal. Nos limitamos a extraer del mismo Derecho, que no
ha sufrido ningún quebranto en sus fundamentos, una parte de sus objetivos, para
confiar su consecución al pedagogo o al médico, por razón de su cultura técnica.
Respecto de los demás delincuentes, infractores normales de la ley, hemos tenido
que admitir que solo el temor ante consecuencias desagradables —temor que es el
fundamento de toda justicia penal— puede impedir, o, por lo menos, limitar práctica-
mente, las acciones a ntisociales. Si el Derecho punitivo actual se limitara a realizar
este principio utilitario y protector para la sociedad, con la mayor exactitud posible y
sin apasionamientos, nuestra tarea estaría casi por completo terminada. La inflicción

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