Acerca del coaching - Coaching para intervenciones en crisis. Personas & organización - Libros y Revistas - VLEX 1025753417

Acerca del coaching

AutorRodnie C. Galleani. G.
Páginas17-300
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PRÓLOGO
ACERCA DEL COACHING
La hum anid ad en su co njun to des ea evo luci onar ha cia la
autorrealización1 creíamos en la visión del equilibrio y la superioridad del
hombre por el hombre «estado s mentales permanentes de comparación y triunfos»
estableciendo plena distopía, pretendíamos saber cómo liberar nuestras car-
gas alejándonos de otros sí mismos invalidando omitiendo y arrebatando a
conveniencia esta libertad. Pero este romanticismo de impermanencia2se pre-
cipita y grieta contra el asombro de la realidad «despertando» horrorizados a la
frecuencia mínima de la fragilidad planetaria . «Obligados por esta guerra rara»
a mirarnos desde una condición más vulnerable mutilados en dignidad sim-
bolizando un suceso de retroceso cavernario. Esta fragmentación ha puesto en
jaque a nuestra especie situándolo quizás en un ser «físico biológico síquico
1Maslow, A. (1991) Autorreali zación. Moti vación y Personalidad. Ediciones Díaz de Santos.
S. A. España. La pirámide de Maslow. Enuncia la jerarquía de la s necesidades humanas
y co mo poder satisfacer las, desd e las más básicas a las más complejas. La pir ámide se
divide en cinco niveles. Los cuat ro primeros niveles son descritos como necesidades de
défi cit. El q uinto , s ituad o en la part e s uperio r, está en cajad o como ne cesida d de
autorrealización. 1. Necesidades fisiológicas. Respirar, beber agua, y alimentarse. 2 . Nece-
sidades de seguridad y protección. Física y de salud. 3. Necesidades sociales (afiliación y
efecto). Asociació n Participación. Aceptación. Amor. Afecto . Pertenencia o afiliación a un
cierto grupo social. 4. Necesida des de estima o reconocimiento. Alta, como la nece sidad
del respeto a un o mism o: con fianza, competenci a. Baj a, com o la necesid ad rel ativa al
respeto del resto de la ge nte: aten ción. 5. Necesidad de autorrealizació n personal. Esta
necesidad se encuentra en el pico de la pirámide. A través de su satisfacción se encuentra
una justificación o un sentido válido a la vida. Se llega a este nivel cuando todas l as demás
necesidades han sido a lcanzadas.
2Vazquez, P. (2017, junio 1). Impermane ncia. Venenos Mental es. Est a afl icción está muy
relacionada con el deseo. El apego es la tendencia a aferrarse (apegarse) a aquellas cosas
que nos gustan. Tambié n va relac ionado con la ignoranc ia de la imper manencia nos
apegamos a personas, situaciones y obj etos deseando que todas las vidas perduren y toda
la vida l os queramos poseer. En nuestra cultura esto se puede ver muy claramente con los
recuerdos. El apego se entiende como un proceso mental basado en una distinción irreal.
Consiste en el deseo de posesión de objetos, personas y fenómenos. Querer tener, poseer.
El otro extrem o del apego es la repulsa. Cuando sentimos dolor pro curamos a lejarnos,
repudiamos aquello que nos ha causado el sufri miento. Cuando sentimos placer, desea-
mos más y más. Poseemos un c erebro q ue tiene , entre sus característica s, la dualida d.
Tendemos a aferrarnos a aquello que nos gusta apego y a rechazar aquello que no quere-
mos. T endemos a dividir, categorizar. E mociones Aflictiv as se puede encontrarse como:
venenos mentales perturbaciones mentales, ma nchas adventicias, Bhikkhu Saddhamanda,
Diccionario Budista, 1 º Edición Argentina Distar libros S.R.L. Buenos Aires 1978
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RODNIE C. GALLEANI. G.
cultural social e histórico» el re-enseñar tal condición humana me evoca al poeta
griego Eurípides que hace 25 siglos atrás pregonaba «Lo esperado no se cumple
y para lo inesperado un Dios abre la puerta». Tal ve z, en el Aquí y ahora se
convergen tales condiciones, susurran «miedos e incertidumbres» la incompren-
sión de lo desconocido ha concebido efectos mentales nocivos humillando a la
ciencia la generación indeseable proclama libertad mientras sucumbe al tota-
litarismo de la salvación.
El Autor
Ent onces la so cieda d hum ana de berí a desa tend er las noci ones
deterministas que hacían predecir nuestro futuro. Necesitamos una reforma
de mentalidades que permita conducir nuestras mentes a esperar lo inespera-
do y poder afrontarlo desde un desarrollo de comprensión más elevado. Orte-
ga y Gasset lo denominó «Método Jericó» este consiste en conquistar la idea o
conceptos que se quieren desarrollar en sus distintas etapas como los « hebreos
en Jericó» dando vueltas alrededor de sus muros y de vez en cuando producir
el sonido de las trompetas desplegando un espiral en torno al problema que
permita contemplarlo a partir de diversas distancias y alturas. Freud exponía
que al excavar en la estructura de una persona siempre aparecerá un tercero o
un otro significativo como patrón de comportamiento o influencia. Por esencia
el hombre se vincula en una constante de pensamientos y acciones. Estába-
mos en una sociedad que no permitía la soledad automáticamente emergían
las tipificaciones de antisocial o misántropo. Es decir, nuestra realidad antes
de la crisis promulgaba que cada persona debía sociabilizar, a través, de un
costoso subsidio existencial todo esto verificado por distintas fuerzas de nor-
malización y control. La psicología positivista propone que el progreso del ser
humano le transporta una y otra vez a su desarrollo. Una pavimentación
hacia lo distinto que muchas veces se iguala con objetivos y desarrollo en
todos los ámbitos. Sin embargo, el ser conscientes de que el responsable de tu
vida eres tú mismo más allá de la frustración desesperación o miedos que
puedan aparecer en tiempos de crisis. Es sa ber que nada positivo suministra-
ras si pierdes el camino. Por lo mismo, buscar una guía favorable creara más
fácil y seguro tu éxodo. Con menor daño personal y mejores probabilidades de
éxito. Es por eso que en la interacción de la comunicación y de la ayuda
escudriñaremos en el concepto más ontológico del coaching y las intervencio-
nes en crisis.
Innumerables estudios y métodos han aparec ido en sus procesos de
mejora. Algunos quedaron en la omisión. En otras épocas crearon doctrinas
y se fortalecieron paulatinamente. Estos antecedentes tienen en común algu-
nos puntos d e encuentro que representan el alma del coaching. Buscar el
cambio permanentemente en las acciones pues estas transportan una reali-
dad posible de visualizar. Transportamos a las personas de una situación
actual a una situación esperada Desde esta noción de coaching podemos
identificar su campo de acción y el espacio que existe entre una situación
actual insatisfactoria y una situación deseada la cual denominaremos « bre-
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COACHING PARA INTERVENCIONESEN CRISIS. PERSONAS &ORGANIZACIÓN
cha de aprendizaje»3 el coaching consiste en limitar esta brecha de aprendiza-
je para alcanzar la situación deseada al descif rar el escenario deseado como
un objetivo y teniendo en cuenta que el campo de acción del coaching es
acotar la brecha de aprendizaje podemos desc ribir al coaching como un
proceso de aprendizaje para el logro de objetivos creando conciencia y com-
promiso en las personas. Autores como Molano y Salazar «afirman que el
coaching aporta una nueva manera de comprender el espacio que cada quién ocupa
en lo colectivo como un lugar de beneficio para el desarrollo global dentro de un
concepto de voluntad, constancia, disciplina, responsabilidad y compromiso». Mu-
chos son los autores que han querido entregar una definición univer sal de
coaching lamentablemente el intento ha sido en vano debido a que tiene una
naturaleza mutante que depende del proceso en sí mismo. Es así, como si-
gue fluyendo la mayéutica socrática que hace referencia a una técnica de
construcción de conceptos este método fue difundido y creado para ayudar
a crear ideas a concretar el trabajo de concepción de ideas con el alumbra-
miento del conocimiento cuya meta es la verdad funda da en la razón. Por
ello, la comunicación metas acción mejora intercambio dinámico proactividad
y cambio están siempre presentes. En la actualidad se pretende mediante el
diálogo llegar a la esencia de los argumentos que se plantean en el procedi-
miento de mayéutica aplicado al proceso de coaching.
Algunas oposiciones entre el coaching mayéutica y e l coaching sofista
no hace sino validar una rivalidad filosófica con más de 2.400 años de anti-
güedad. «Los Diálogos de Platón» son para muchos autores como Ravier y
Gautier las primeras sesiones de coaching de la historia de ellos se extrae la
importancia de las preguntas «saber preguntar» como la mejor herramienta
para mantener una conversación. Las preguntas conscientes abren un mundo
infinito, pero se debe ser reflexivo de que al plantear una pregunta consciente
no podemos obtener siempre una respuesta consciente ni todas las preguntas
conscientes tienen contestación ni todas las contestaciones responden ade-
cuadamente a las preguntas. Es así, que las preguntas surgen tanto de las
respuestas de la s personas lo que dice como de los silencios lo que no dice.
Las respuestas facilitan al acompañante/cliente «oyente» la pregunta que tie-
ne que hacer después. Whitmore lo define como la calidad de nuestros pensa-
mientos está en la calidad de nuestras preguntas. Bono lo especifica como el
entorno de la comunicación y el lenguaje un fundamento técnico del coaching.
Rafael Echeverría sugiere que no hay nada fuera del lenguaje y la psicología
cognitiva considera la comunicación y el lenguaje en primer lugar lo más
3Wolk, L. (2003). Brecha de Aprendizaje. El arte de soplar las brasas. Es un asunto donde se
disminuye la brecha entre dos períodos o estados. Coaching es el proceso a través del cual
acortamos la brecha de aprendizaje con nuevas respuestas y acciones. brecha de aprendi-
zaje. El coaching consiste en limitar esta brecha de aprendizaje para alcanzar la situación
deseada. Al descifrar el escenario deseado como un objetivo y teniend o claro que el campo
de acción del coaching es acotar la brecha de aprendizaje, podemos describir al coaching
como un proceso de aprendizaje para el logro de objetivos creando conciencia y compro-
miso Col ofón por Ra fael Echeverría. Ediciones. Gran Aldea.

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