Brasil vota hoy en las elecciones más reñidas y polarizadas desde el retorno de la democracia
Hoy llegan al día de la votación con la diferencia más estrecha entre dos candidatos del balotaje desde el retorno a la democracia en 1989, y aunque la Mandataria consiguió una pequeña ventaja en los últimos sondeos, pocos en Brasil descartan totalmente que no pueda haber una posible sorpresa.
La inédita polarización de los comicios se palpa incluso en las amplias y ordenadas avenidas de la generalmente apacible Brasilia, donde los vehículos que circulaban con propaganda recibían o bocinazos de aprobación o bien gritos y gestos de rechazo, según sea el candidato. "Yo ya quiero que se acabe luego esto, ha sido demasiada pelea, mucho problema, y al final todo va a seguir igual", decía una hastiada vendedora de artesanías en la Praça dos Três Poderes, un triángulo equilátero que física y simbólicamente une al Palacio de Planalto (sede de la Presidencia), al Congreso Nacional y al Supremo Tribunal Federal: una oda al orgullo republicano brasileño que difícilmente se condice con el tono de la actual disputa electoral.
"El tono de la campaña entre Dilma y Aécio fue de una agresión tremenda y de duras acusaciones entre los candidatos, al punto que el Tribunal Electoral tuvo que pedir que moderaran los ataques", afirmó David Fleischer, analista político de la Universidad de Brasilia, quien destacó que "no se había visto algo así desde la campaña entre Lula da Silva y Collor de Mello en 1989", que fue la primera elección presidencial directa desde 1960 en Brasil.
Helio Gurovitz, director de la revista Época, también destacó que la polarizada campaña fue "del más bajo nivel", con mucha violencia verbal: "Entraron en un juego de acusaciones personales, situaciones desleales con insinuaciones veladas, cuando no mentiras descaradas. En los debates Neves y Rousseff pelearon para descubrir quién fue el verdadero padre de Bolsa Familia, qué partido representa ahora un cambio, a quien le gustan más los pobres y quien va a combatir más la corrupción... Solo les faltó llamarse el uno al otro feo, tonto y aburrido".
En verdad, se dijeron cosas bastante parecidas. En algún momento, el aparato propagandístico del PT -que ya había hecho una campaña muy dura en la primera vuelta contra la ecologista Marina Silva- deslizó la idea de que Neves era un "acosador de mujeres" y un "alcohólico y drogadicto". El candidato opositor, por su parte, se dio un festín diciéndole a la cara a Rousseff de que es una "mentirosa" e "incompetente".
Para las propuestas, muy poco...
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