Una vuelta al mundo en la Expo Milán - 12 de Septiembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 582328274

Una vuelta al mundo en la Expo Milán

La mayoría de las piernas y brazos de los visitantes de la Expo Milán 2015 lucen salpicados de ronchas, culpa de los mosquitos que emergen de los pantanos que rodean esta explanada de un kilómetro y medio. Hoy es el último fin de semana de agosto y bajo 34 grados Celsius, 152 países exhiben su cultura culinaria y el desarrollo en la sustentabilidad de su producción. El lema de esta versión lo resume así: "Alimentar el planeta, energía para la vida".

Y salvo en el pabellón del Vaticano -donde una mujer agradecerá su visita con un imán para el refrigerador con el rostro del Papa Francisco-, las filas para ingresar pueden ser eternas.

Un nono se rasca la nuca. Ronchas y sudor no importan. El propósito de estar aquí, con el codo convertido en un tomate, piensa uno, es suficiente: recorrer parte del mundo en un día.

  1. De Chile a Milán

    Pabellón chileno. Huele a empanada. Una veintena de milaneses caminan por la tienda que ofrece productos locales, sorbiendo copas de vino y cargando bolsas con merkén o cochayuyo. En el restorán, platos como costillar asado o locos con mayo son devorados sobre una enorme mesa de lenga. Acá mismo, cuentan los organizadores, se han visto chilenos radicados en Europa llorando al probar la comida, desconociendo, por ejemplo, que un italiano preparó la chancaca para las sopaipillas.

    De pronto se oye un lamento:

    -Lo más difícil fue transmitir el sabor.

    Y luego otro:

    -Y que las empanadas no quedaran como un calzone.

    La voz es de Tomás Saldivia, chef ejecutivo del restorán, que en noviembre del año pasado, junto al chef Rodolfo Guzmán, el cerebro detrás de esta propuesta, llegó a Milán para inocular en la cabeza de 16 cocineros italianos el paladar de una madre chilena.

    -El doblez de la empanada tiene su ciencia. Tuvimos que despedir a varios. Al final lo logramos.

    Cuando lo dice, una mujer italiana arruga su rostro bronceado después de mascar una empanada.

    -Un poco seca y un poco dura, pero sabe bien. El vino es muy bueno y el pastel de choclo también -dirá Martina Russi.

    -Esto lo probamos en Roma y queda muy bueno -dicen Emiliana Albertario y Fabrizio de Andrea, comprando una botella de chimichurri patagónico-. Comimos empanadas. Hoy por la noche vamos a volver a cenar, lo que no es bueno para la dieta.

    -La mayoría de los italianos se vuelven locos con las empanadas -dice Tomás -. El sábado vendimos 700. Los más complicados han sido chilenos. Me han dicho: "!Pero cómo es posible que puedas representar a Chile con algo así¡". No saben que la harina es distinta, la manteca es distinta. Las empanadas se hornean dos veces: donde se producen y acá en el restorán. Es inevitable que...

    -Disculpa, pero yo soy chileno y me gustó caleta tu empanada.

    La interrupción es de Miguel Vivanco, 18 años, moreno, bigote, un joven que trabajó dos meses cuidando un campo de almendros para juntar dinero y comprar el pasaje...

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