'Estábamos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaces ni de diseñar ni de tramitar sin excesivos conflictos' - 6 de Septiembre de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 581974038

'Estábamos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser capaces ni de diseñar ni de tramitar sin excesivos conflictos'

"Hagamos algo bien en profundis ", nos invita.

Y advierte: "voy a ser muy abierto con ustedes, en términos de lo que estoy pensando y lo que estoy sintiendo".

A partir de ese momento, lo que siguió fue una reflexión profunda, pensada por meses, un diagnóstico autocrítico, crítico y propositivo, con mirada larga. Compartido, advierte, con el equipo político; muy conversado con la Presidenta.

A ningún tema le hace el quite. Con apertura total comentaría cómo ve a Michelle Bachelet, de quien es tan cercano, hoy golpeada por las encuestas y los casos familiares investigados por la justicia. También sus visitas al ex Presidente Lagos y esa relación tan particular que lo une con el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés. Con franqueza dio su opinión sobre las leyes más polémicas en barbecho: la de aborto y la laboral. Y su propia versión sobre su año y cuatro meses en Educación.

Pero su relato en profundis parte mucho antes... desde los tiempos de la "revolución pingüina" de 2006, que reveló -a su juicio- que estaba llegando al país la enfermedad de la " malaise " -el malestar-, pese a estar viviendo Chile años de prosperidad como la que no se veía desde la " belle epoque ".

"Era imposible hacer las cosas bien a ese ritmo"-¿Por qué usted, siempre extrovertido, ha estado tan ausente desde que cambió de ministerio? Es como si hubiera pasado a la clandestinidad...

-Me demoré en hablar, porque me tenía que empapar de las cuestiones propias de este cargo, donde pasa toda la agenda del Gobierno. Pero también porque concibo el trabajo de este ministerio muy hacia adentro; no me parece que tenga que estar comunicando, como sí lo deben hacer el vocero y los ministros del Interior y de Hacienda.

-Niega, entonces, que esté un poco lejano de la "dupla"...

-Los cuatro ministros políticos trabajamos muy cercanamente; nos juntamos rigurosamente los lunes en la mañana con la Presidenta; el martes tomamos desayuno, y el viernes almorzamos. Aparte de eso siempre hay alguna reunión más para coordinarnos. Ponemos sobre la mesa todos los temas para ir tratándoles con una inteligencia colectiva. Con Rodrigo, además -muy, muy amigo- hablamos dos veces al día o más.

-La disyuntiva de estas semanas es la del "realismo sin renuncia". Usted no ha dicho qué entiende por ese postulado de la Presidenta que todavía no está tan claro... ¿Está usted en el lado del realismo o de la no renuncia?

Era la pregunta que este ministro de rasgos tan peculiares -estudioso y vividor; serio y guitarrista; chileno y ciudadano del mundo-, parecía estar esperando.

El "realismo sin renuncia" no es contradictorio sino clarísimo para él, y resume su visión de las cosas, tal como las ha venido pensando por meses, "conversándolas con la Presidenta" y socializándolas con sus colegas del gabinete...

Fue el punto de partida para su reflexión y su testimonio desde la sinceridad.

" Desde el año pasado, comenzamos con la Presidenta a hablar de las reformas. Había síntomas de que las cosas no estaban bien. Yo tenía una visión crítica, no respecto de los contenidos, sino del ritmo. Cada una es un mundo, en cuanto a que siempre va a tener ganadores y perdedores. Los beneficios tienen que ser más que los costos siempre, pero unos y otros no se distribuyen por igual ".

A partir de este minuto, el análisis toma rumbo hacia la autocrítica.

"En cada política pública hay tres cosas que considerar: primero, la oportunidad, y que sea una reforma relevante; segundo, que sea técnicamente bien hecha, que minimice los efectos colaterales que van en el sentido contrario a lo que persigues, y eso no es simple. El tercer requisito es la dinámica política que permita que los apoyos sean mayores que los disensos. Muchas tienen sus beneficios a mediano plazo y los costos se pagan de inmediato. Esas pueden autoderrotarse".

"Hacer muchas reformas de manera simultánea, tiende a tropezar con el segundo y el tercer factor. Porque no alcanzas a diseñarlas bien técnicamente, o porque no calculas la cantidad de enemigos que te vas a ganar al mover los flancos".

"Yo en Educación lo sentí de manera dramática. El Presidente Lagos, cuando fue ministro, se demoró tres años en el Estatuto Docente. En un año dos meses, yo tenía que hacer una nueva carrera docente, reorganizar la educación particular subvencionada, reestructurar la educación pública, y hacer el cambio del financiamiento de la educación superior. Era imposible hacer las cosas bien a ese ritmo" .

"Pero eso lo percibía también para el conjunto del Gobierno. Vi que claramente estábamos metidos en una vorágine de reformas que no íbamos a ser...

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