'Vivimos con la certeza de que los chilenos hablamos mal, lo que es un mito'
"Mi idea, a través del libro, es plantear esta pregunta a quienes les interesa el tema del lenguaje. No necesariamente está dirigida a expertos en el tema. Creo que le puede interesar a cualquier persona que sienta curiosidad por la lengua y la cultura chilena", plantea este joven doctor en Filología de la Universidad de Valladolid, quien ha participado en investigaciones sobre la historia de nuestra lengua y las actitudes y percepciones lingüísticas en el contexto chileno.
A través de las páginas de la publicación, Darío Rojas -miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua- recorre sucintamente la historia del español antes de llegar a América y su configuración en el continente americano. Los capítulos finales se refieren a los rasgos del español que se habla hoy en Chile, cuyas raíces, en una serie de casos, se remontarían a varios siglos. El libro, aunque tiene partes más técnicas, intenta acercarse a un lector menos especializado y próximamente se lanzará una versión abreviada.
-Los estudios sobre la lengua acostumbran ser eruditos y especializados. Pero en las conversaciones cotidianas se suelen escuchar afirmaciones sobre cómo hablamos los chilenos. A su juicio, ¿existe una inquietud general sobre 'cómo hablamos' en Chile?
"Sí, existe una inquietud sobre cómo hablamos. Pero yo diría que, más que inquietud, en Chile vivimos con una certeza: que los chilenos hablamos mal. Lo que intento mostrar en mi libro es que no puede ser una certeza, que en realidad es un mito".
-Es decir, esta baja "autoestima lingüística" sería algo inmerecido.
"Creo que es inmerecido porque en Chile, como en todas partes, hay buenos y malos hablantes, hablantes competentes o hablantes torpes. Es una simplificación grosera decir 'los chilenos hablamos mal' o 'los españoles hablan bien', porque es una generalización sin fundamento. Es muy poco razonable señalar que un grupo completo habla mal".
-Paradójicamente, esta certeza compartida de que hablamos mal parece convivir con una cierta identificación con nuestra habla. Desconfiamos de quien habla distinto, pronuncia bien o utiliza un vocabulario florido.
"En el libro muestro que los chilenos llevamos varios siglos hablando más o menos parecido, a pesar de que nos quejemos de que hablamos mal. En el fondo, y sin manifestarlo abiertamente, sentimos nuestro dialecto como parte de nuestra identidad, como algo propio. Por eso, quien al hablar se aparta de lo normal en Chile -por ejemplo, pronunciar todas...
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba