Cómo se vive en el país más feliz del mundo
¿Para qué, entonces, levantarse antes de las 6 de la mañana?
-Lo que pasa es que primero nos vestimos Tom y yo, después levantamos a los niños, y a las 7 y media estamos todos en familia terminando de tomar nuestro desayuno: porridge o pie de manzana, por lo general. Jamás nos saltamos el desayuno. Luego dejamos todo listo en la casa y nos turnamos para ir a dejar a Morgan y a su hermano Bertram, de 5 años, al colegio, en bicicleta -explica al teléfono Cathrine.
En su casa, una de las pocas del barrio que tiene jardín, ya pasaron las 8 de la noche y los niños están acostados después de haber pasado la tarde jugando en un parque cercano con sus padres, quienes llegan a la casa a la misma hora que ellos, poco después de las cinco de la tarde. Recogen castañas, nadan en una piscina temperada, juegan fútbol, andan en bicicleta. El tiempo libre para disfrutar de la familia no se transa en este país pequeño, con ciudades a escala humana, donde la jornada laboral legal es de 35 horas a la semana. En Alemania, es de 40,8. En Chile, de 45. Además, hay 5 semanas de vacaciones legales y en algunas empresas dan seis.
Cathrine y Tom -administrador hotelero con formación de posgrado en Oxford, Inglaterra, actualmente trabajando en un programa de educación para refugiados de la ONU- están conscientes de lo que significa vivir en un país que siempre está en los primeros lugares al hablar de felicidad, según el informe World Hapiness Report, que elabora la red de Desarrollo Sustentable de las Naciones Unidas: en 2016, Dinamarca estuvo en el número uno y este 2017 bajó, pero apenas al segundo puesto. Fue superado esta vez por otro país escandinavo: Noruega.
-Yo soy de Kenia y Cathrine es danesa pero estuvo cuatro años en Oxford. Cuando has vivido afuera, incluso dentro de Europa, sabes que este es un gran país. Es maravilloso. No tienes que preocuparte de nada. Está todo dado para vivir una vida saludable y segura -dice Tom por el altavoz.
-Muchos daneses se están quejando todo el tiempo, de todo. Que el clima, que los arreglos en las carreteras... Dan por sentado todo lo bueno que tiene este país -acota Cathrine.
Satisfacción, no alegría
Los daneses no se van de rumba como los colombianos. No tienen una música nacional fiestera como el mambo o el chachachá de Cuba o la salsa de Puerto Rico. La alegría, de hecho, no es algo muy suyo.
-Somos aburridos y quizás hasta algo fríos, y muy orientados a la vida indoor -reconoce Marie Kildetoft, quien trabaja en el...
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