Viticultura, la revolución que viene - 24 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 545153810

Viticultura, la revolución que viene

La cumbre de enólogos y viticultores, que en su versión 2014 será en los próximos días, se hace en la bodega del grupo en Pelequén, Región de O'Higgins. Juntos prueban la mayor cantidad de vinos de la última vendimia. El objetivo es ver cómo las decisiones tomadas en los campos impactaron los vinos.

"La retroalimentación con los enólogos es vital. Si no existiera, daríamos una pelea a ciegas por sacar buena uva. Analizamos cuartel por cuartel y vemos qué hicimos y cómo impactó la calidad del vino", explica Correa.

Un par de cientos de kilómetros más al sur, en Pencahue, en las cercanías de Talca, los empleados de Concha y Toro, la mayor viña del país, trabajan contrarreloj en la instalación de su primer Centro de Investigación e Innovación. Unos de sus principales objetivos será mejorar el trabajo en los viñedos.

De ser el pariente pobre del negocio del vino hasta hace un par de años, hoy la viticultura chilena vive un momento revolucionario.

Como en todos los grandes cambios, no hay una sola causa, ni tampoco todos los actores caminan al mismo ritmo. Sin embargo, lo que sí está claro es que hoy un buen manejo de las parras es el piso de cualquier proyecto enológico con un mínimo de ambición.

Los problemas sanitarios obligaron a las viñas chilenas a ser más exigentes con los viveros y a unirse en el primer proyecto nacional para obtener plantas sanas, rescatando, de paso, la gran diversidad genética que existe en el país. Mientras tanto, la menor disponibilidad de agua y de mano de obra está obligando a repensar el manejo de los campos. Como si eso fuera poco, la apertura de nuevas zonas de producción a los pies del Pacífico, en Atacama, la cordillera de los Andes y al sur del Biobío obliga a reescribir las reglas de cómo producir uva vinífera en Chile

"Es un momento muy atractivo para ser viticultor. Son muchos los cambios en los que estamos involucrados, desde adaptarnos al cambio climático hasta cómo hacer mecanizables nuestros campos", afirma Ricardo Gompertz, sub gerente agrícola de viña Ventisquero.

mejorar rentabilidad

Son 15 hectáreas de parras las que tiene Ventisquero, a unos 20 kilómetros del mar y rodeadas por el desierto, cerca de la ciudad de Huasco, en la Región de Atacama. El problema no es encontrar agua para regar las parras. Los embalses cordilleranos todavía son suficientes para abastecer la reducida superficie.

Allí el gran problema es la extrema salinidad de los suelos, tanta que fácilmente puede matar a una parra. Más...

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