Las visitas de Stephen Hawking a Chile acercaron la ciencia a toda una generación
Fue Claudio Bunster, físico y director del CECS, quien logró tentarlo tras varios años de invitarlo al país. El anzuelo que lo convenció fue un viaje al continente blanco, plato fuerte que fue acompañado por una masiva charla en la Estación Mapocho a la que asistieron casi 5 mil personas y sesiones científicas en el CECS.
Atrevido divulgador
"Me sorprendió mucho la valentía de Hawking cuando viajamos a la Antártica", cuenta Máximo Bañados, decano de Física de la U. Católica. "El viaje completo es una aventura, con un vuelo en un Hércules, y además sin saber si el clima dejaba o no regresar.... fue asombroso que una persona con las necesidades de él se haya atrevido", agrega.
"En ese minuto no existía el Congreso Futuro ni un montón de actividades que hoy promueven la ciencia y tecnología. Fue una de las primeras superestrellas científicas que vino al país", dice Tomás Pérez Acle, investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso, quien asistió a su charla en Santiago. "En esa oportunidad llegó bastante gente, pero más cuando visitó Valdivia en enero de 2008 ", compara.
"Sentí que estuvieron conmigo y que juntos estábamos en una gesta para comprender el universo", recordaría el mismo Hawking más tarde.
"Es muy seguro de que su presencia estimuló a varios jóvenes a estudiar ciencias. Él fue un aporte enorme desde el punto de vista de la divulgación", dice Bañados.
"Yo me decidí a ser cosmólogo cuando leí su libro 'Una breve historia del tiempo', mientras estaba en tercero medio", reconoce Gonzalo Palma, físico de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la U. de Chile. "Después de terminarlo me dije: a esto me quiero dedicar. Además, me propuse que estudiaría en Cambridge, donde él estaba".
Y así fue. Entre 2002 y 2006 hizo su doctorado allí. "Tengo muchos colegas que culpan a su libro por haberse dedicado a la física. Fue algo parecido a Carl Sagan en astronomía", dice Palma.
Para llegar al público no hacía distinciones. "Stephen Hawking tenía una idea de la difusión de la ciencia como una divulgación social", dice Gabriel León, académico adjunto del Centro para la Comunicación de la Ciencia UNAB.
Le parecía justo que si la ciencia era financiada con los impuestos de la gente, "el público merecía tener una retribución más allá que un paper , una forma de conectarse con las preguntas más fascinantes", explica León.
El que hablara de temas como el cambio climático, llegar a otros planetas o, incluso, dejar la...
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