'Si el virus entra a la cárcel, va a ser una bomba atómica'
-Me preocupa mucho lo que va a suceder en las cárceles cuando comiencen a aparecer los contagios -dice Luis Roblero, 54 años, sacerdote jesuita y capellán de Gendarmería desde 2012-. Si el virus entra, va a ser como una bomba atómica, por el hacinamiento y por la insalubridad, que en la gran mayoría de las cárceles es muy grande. También por la atención médica, que es deficitaria, como en todo el sistema público, y porque no creo que tengamos sistemas de alerta rápida. No es que en las cárceles se escondan las cosas, pero muchas veces no se saben, porque no es tan simple monitorear casos en tiempo real.-¿Gendarmería no está preparada para una emergencia de esta naturaleza?-Sanitariamente, no. Gendarmería está preparada para temas de seguridad, lo que demostró muy bien para el intento de fuga de Santiago 1, pero no sé si tiene capacidad de respuesta para cuando comience a brotar el virus en las cárceles.Roblero está sentado en una de las oficinas de la Escuela de Gendarmería ubicada en avenida Matta. El lugar está vacío. Los guardias de la puerta se cubren con mascarillas y guantes, pero Roblero no. No es porque no le tema al contagio, dice. La razón es mucho más simple.-Es que acá no hay de esos insumos. En la cárcel, además de estar todos hacinados, con condiciones deficientes de higiene, nadie tiene mascarillas. Veo muy pocas entre los gendarmes. Y en los presos, ninguna.El sacerdote, exrector de Infocap, dice que entre los internos existe temor por el contagio y por la muerte que puede acarrear, pero advierte que hay otra cosa que puede detonar antes: "Me preocupan las reacciones de violencia ante el miedo. Tenemos informes de cárceles de Colombia, Argentina, Brasil, donde se han generado revueltas, porque la gente está con pánico. Si nosotros, que estamos libres, tenemos miedo, imagina a un privado de libertad que no tiene para dónde escapar y que vive en condiciones bastante precarias. Por supuesto que esto va a acarrear violencia. Y los gendarmes también tienen miedo. Hoy, uno de ellos me decía: 'padre, yo no le tengo miedo al virus, tengo miedo a que me pase algo cuando empiece una revuelta'".-En ese sentido, ¿está de acuerdo con el proyecto de ley que se presentó para aplicar un indulto conmutativo a personas privadas de libertad que están en el grupo de riesgo de contraer el covid-19?-El proyecto de ley, con o sin pandemia, siempre me ha gustado. No hay ninguna razón objetiva en lo judicial y en lo moral para que a una persona de más de 75 años la obligues a pagar su pena con reclusión en cárcel. Hay penas sustitutivas. Es común creer que una sentencia se paga solo dentro de un recinto penal, pero es cosa de preguntar si los delitos de cuello y corbata se pagan con cárcel. Esos tienen penas alternativas inmediatas. Normalmente la cárcel es para los pobres; entonces, los mayores de 75 privados de libertad también corresponden al mismo grupo social. Pero no soy partidario del indulto. Creo que podríamos pensar en una tobillera electrónica y pagar la condena en el hogar. Y con pandemia, con mayor razón, porque van a ser los primeros que se van a morir.-Se evalúa también la inclusión, por razones humanitarias, de mujeres embarazadas o con hijos lactantes. Incluso, Ana María Stuven y Pilar Larroulet proponían en una carta a "El Mercurio" extender el beneficio a hipertensos y diabéticos.-El problema es que ahí la lista podría ser interminable. Si tomamos en cuenta a todos los que pueden estar en riesgo, al...
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