Las otras Violeta - 11 de Abril de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 676973829

Las otras Violeta

Mapuche de raíz, a diferencia de la cantora de "Gracias a la vida" no es bordadora ni ceramista ni pintora, sino que se dedica a la cestería en ñocha, una fibra vegetal endémica del bosque nativo de la Cordillera de la Costa, en la Región del Biobío, que en mapudungún significa "planta que crece buscando la luz"

Juana teje entonando himnos religiosos. Dialogando con los árboles que la rodean -manzanos, cerezos, ciruelos- realiza obras con las que viajará por primera vez al extranjero. Junto a otros 26 artesanos y diseñadores representará al país y mostrará su trabajo en Révélations -la bienal de artesanía más importante de Europa y que este año tiene como país de honor a Chile-.

Ésta se llevará a cabo en el Grand Palais de París del 3 al 8 de mayo, la misma ciudad a la que llegó Violeta cuando se convirtió en la primera sudamericana en exhibir sus arpilleras en el Museo de Artes Decorativas del Louvre, en 1964.

-Cuando ella expuso en Francia, aquí no la valoraban mucho. Eso nos pasa a todas las artesanas. Nos cuesta ser profetas en nuestra tierra -dice Juana.

Para ser elegida por la curadora y directora del Museo de Arte Popular Americano, Nury González, como parte de los talentos que el Consejo de la Cultura y las Artes llevarán a Révélations, Juana ha luchado toda una vida. Recién en 2015, cuando ganó el Sello de Excelencia a la Artesanía por la obra "Nial Arre Cofque" ("panera para mantener el pan caliente"), cosechó los frutos del oficio que ha mantenido por más de 40 años.

-Ese año del premio recién conocí mejor Santiago. Entonces empecé a tener el sueño de viajar con mis productos -dice.

Juana viajará a Francia justo para la bienal que está inspirada en Violeta Parra. Y lo hará junto a Claudia Hurtado, cabeza del proyecto Ñocha Malen que creó la Forestal Mininco en 2012 para apoyar a decenas de tejedoras de fibra vegetal para crear nuevos diseños.

La ñocha en el cerro

Juana no se casó ni tuvo hijos. Su gran amor ha sido la artesanía. Este romance, que comenzó a sus nueve años, mientras iba a una escuela Huinca, donde la llamaban "china" por sus rasgos indígenas, ha estado lleno de sacrificios. Antiguamente, y junto a su madre y hermanas, tenían que ir a buscar la ñocha al cerro de Huentelolén. Eran caminatas de tres horas. Debían salir temprano porque no era fácil encontrar la planta.

La primera obra manual que realizó Juana fueron muñecas mapuche hechas con pasto y pelos de choclo. Pero cuando creció comenzó a tejer a escondidas. Según cuenta, a los niños no les permitían experimentar con la cestería porque se corría el riesgo de malgastar la fibra, pero cuando su madre se levantaba a hacer las comidas, ella...

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