Con violencia no hay progreso - 17 de Octubre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 850490610

Con violencia no hay progreso

Innegables son los efectos de la violencia en el desarrollo de las naciones. Desde una perspectiva económica y social, al menos cuatro consecuencias inmediatas pueden contabilizarse. Primero, el capital humano y físico de un país se reduce. Luego, las amenazas latentes de nuevos conflictos generan mayores niveles de incertidumbre; de esta manera, la inversión se reduce y se promueve la fuga de capitales. Tercero, la violencia lleva a la reasignación de recursos desde sectores productivos hacia el gasto en seguridad, reduciendo la eficiencia y la productividad de los factores. Y cuarto, las industrias intensivas en capital aparecen como las principales afectadas, enfrentándose a una lenta recuperación. De este modo, constantes episodios de vandalismo y descontrol terminan consumiendo la democracia y menoscabando las expectativas de progreso.En este contexto, y a un año de los actos de violencia sistemática promovidos por grupos que buscaron sacar ventaja de las dificultades propias de un país que intenta salir del subdesarrollo, recordar las repercusiones económicas del llamado "estallido" es un imperativo.El descarrilamiento de la economíaLa violencia tuvo un impacto inmediato sobre el crecimiento. En octubre de 2019, el IPSA registró un descenso mensual de 6,2%, el Imacec anotó una caída del 3,4% anual y el peso chileno sufrió una estrepitosa depreciación, llegándose a los 828 pesos por dólar a finales de noviembre. En conformidad con lo anterior, según el Banco Central, a fines de 2019 el PIB creció en 1,1%, ubicándose 2,8 puntos porcentuales por debajo del crecimiento alcanzado en 2018 (3,9%). Así, un cálculo grueso indica que a diciembre de 2019 el costo de los disturbios que se iniciaron en octubre superaba los US$ 3.500 millones.A lo anterior es necesario sumar el impacto fiscal. De acuerdo con la Dirección de Presupuestos, los ingresos del Estado en 2019 se redujeron en 1,1% en doce meses. A esto se agrega un aumento en el compromiso de gastos, la respuesta de una autoridad sorprendida y atribulada frente a la presión política que confundía demandas sociales de larga data y difícil solución con la violencia organizada. Así, el gasto del gobierno central creció en 4,2% real respecto del año anterior, generando un consecuente aumento de déficit efectivo, el que a finales de 2019 alcanzó el 2,8% del PIB.A nivel microeconómico, la destrucción de parte esencial del sistema de transporte de la Región Metropolitana, el saqueo y daño de...

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