Los vientos y las mareas de Amparo Mardones - 30 de Septiembre de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 946105905

Los vientos y las mareas de Amparo Mardones

Estudió enfermería, pero no ejerció. En cambio, se entusiasmó con el arte, la literatura y la cultura alternativa. En su familia de origen pasó de "angelito de la casa" a "oveja negra". Era y sigue siendo, generosa, sonriente y adaptable, pero lo que prevaleció en su vida fue su carácter libertario. A los 32 años y con dos hijas, dejó a un marido que parecía ofrecerle un futuro promisorio, para lanzarse a las tormentosas aguas de un joven poeta que luchaba con la existencia: Raúl Zurita. "Fue muy rupturista que me emparejara con Zurita", admite. "Yo había salido del colegio Teresianas, mi marido era polero, trabajaba en un estudio de abogados que en los 80 atendía a los bancos, que estaba súper bien colocado, teníamos una vida bastante fácil. Y Raúl en ese momento era conocido por sus acciones de arte, había publicado el Anteparaíso y tenía mucho reconocimiento entre artistas e intelectuales de la contracultura, pero era una figura marginal. Para mi mundo, él era un bicho raro. Entonces fue un golpe, perdí amigas y amigos que condenaron mi decisión".Por supuesto, Amparo también era un bicho raro para el circuito cultural donde Zurita se movía. No solo por su procedencia, sino también por sus intereses espirituales. "Yo creo que me encontraban esotérica, tal vez light para ellos, porque me interesaba lo místico, era menos racional. Mi papá se murió cuando yo era chica y ahí comenzó esa búsqueda espiritual que me expulsó del catolicismo. Yo aprendí con Lola Hoffmann y con Pedro Engel, tengo otra formación. Igual tengo muchos amigos que se identifican como intelectuales, pero en general no es una tribu que me interese demasiado", admite.Sin embargo, la cosa con Zurita prendió y prosperó. Y ella se convirtió en eso que llaman "una mujer detrás de un gran hombre". Aunque evade repasar esa historia, lo cierto es que lo acompañó y lo ayudó decididamente en su camino al reconocimiento, también en su estadía en Roma, cuando en 1990 lo nombraron agregado cultural en Italia, apenas recuperada la democracia. En ese tiempo, Amparo reconoce que hizo un verdadero magíster en arte y cultura. Conoció a muchos creadores y pensadores, comenzó a organizar eventos y se dio cuenta de que tenía la sensibilidad y el talento para ser gestora. Al mismo tiempo, le afloró otro carácter. "Ahí se activó una rebeldía también", dice. "Yo venía de un mundo más de derecha. Fue en ese período cuando me informé de la realidad política de Chile y me di cuenta de las...

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