La vida secreta del cerro Renca - 20 de Agosto de 2023 - El Mercurio - Noticias - VLEX 941456818
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La vida secreta del cerro Renca

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Vincent

"A cá podrán encontrar más de 170 tipos de flores, 60 especies de aves nativas, más de 30 de artrópodos e incluso, para los más suertudos, se han visto mamíferos silvestres como zorros y degús", dijo nuestro guía naturalista Alexis Ceballos en una de las salas del Parque Metropolitano Cerros de Renca.Provistos de zapatillas de trekking , polerón, jockey y protector solar, un grupo de completos desconocidos llegó la mañana de un jueves de agosto hasta los faldeos del clásico cerro Renca para comenzar el recorrido que Renca Nativa organiza todas las semanas. "Este cerro tiene una superficie de 840 hectáreas y durante este trekking llegaremos hasta los 905 de altura sobre el nivel del mar", explicó Alexis. Dicho eso, su compañero, Roberto Sepúlveda, procedió a entregarnos una especie de kit para el circuito: binoculares y una completa guía de aves de la zona central. A partir de ese momento, solo quedaba caminar.En invierno, el pasto verde, acompañado de varias flores blancas, amarillas y naranjas, adorna los senderos del cerro. A lo lejos, y de fondo, está la ciudad y la cordillera más allá. Mientras, en las faldas del Renca se pueden ver algunos de los más de 62 mil árboles que la Dirección de Medio Ambiente de la municipalidad local plantó para reforestar este hito de la comuna. Aquí, pequeños peumos, romerillos y colliguay, entre otros, se disponían en lo que se convertirá en bosque esclerófilo.Eso es a futuro. En el presente, resultaba fácil mirar las copas de los árboles y ver ya algunas aves. Al partir, Roberto indicó a unos pocos metros la presencia de una tenca, "un ave que puede imitar los cánticos de otras". Luego, binoculares en mano, vimos una diuca con su cuello blanco, un jilguero chileno con sus plumas amarillas y un picaflor del norte. Según Alexis, cada vez es más fácil verlos en el sur. Seguramente por el cambio climático, aseguró.Esa mañana soleada de invierno llegamos a una zona sombría del cerro, justo donde hay un mirador de piedra y hongos de cabezas moradas, grises y naranjas que crecen junto a la huella. Solo entonces Alexis abrió su mochila y sacó varios contenedores con diversas especies fúngicas que ha recolectado aquí. "Esta es una estrellita de tierra", dijo y mostró un hongo seco con cinco puntas. Luego, un cola de pavo, que...

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