La vida peligrosa de los Ilabaca - 28 de Febrero de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 559164526

La vida peligrosa de los Ilabaca

Circo ambulante

Cuando Gonzalo Ilabaca (56) siente que su obra lo supera y que debe tomar distancia, sin sacarse el mameluco gris con el que trabaja, toma su escarabajo blanco del 82 y parte desde su casa en Playa Ancha a la de sus hijas en el Cerro Cárcel. Allí viven la cantante folk Pascuala (30) y Danila (26) junto a sus parejas, y su ex esposa, la vitralista Pilar Argandoña. Como no tiene celular, no avisa. Simplemente, llega.

"No necesito, porque con la Pascuala me comunico cuando la veo. Detrás de un almuerzo, de una copa de vino. Pero lo más importante siempre se lo digo por telepatía", dice, riendo, Gonzalo. "!Es cierto¡ O a través de los sueños. Durante todo el tiempo que viajamos, vivíamos en espacios muy reducidos, en la misma pieza. Ahí creo que nuestros inconscientes se conectaron", lo respalda Pascuala, quien acaba de recibir la noticia de que en julio próximo será parte del festival Womad -World of Music, Arts and Dance-, el que desde hace 33 años organiza Peter Gabriel en Inglaterra.

La historia de los Ilabaca con Valparaíso se remonta a 1982. Gonzalo, ex alumno del Verbo Divino, decidió dejar Medicina en la UC, cuando estaba en cuarto año, para dedicarse a la pintura. "No tenía vocación para cuidar enfermos. Me gustaba el cuerpo humano, pero entré desorientado, porque en el colegio nunca conocí el arte".

Junto a Pilar Argandoña empezó a pintar de manera frenética. Uno de sus cuadros quedó seleccionado para una bienal en Valparaíso. Viajaron y se enamoraron de la ciudad, que calzaba perfecto con su decisión de vivir la "vida peligrosa", actitud tomada del poeta francés Blaise Cendrars, que luego fuera el lema del diario cultural Noreste que, en 1986, Ilabaca fundó junto a Beltrán Mena y Santiago Elordi. "El arte y la vida tenían que estar asociados. Había que tomar riesgos, no saber de qué se iba a vivir en un tiempo más. Por eso, Valparaíso era ideal, porque siempre será una ciudad en peligro", explica Gonzalo, sentado junto a su hija mayor en la cocina de su casa.

"De hecho, antes Valparaíso se llamaba Alimapu, que -en lengua mapuche- significa 'tierra quemada'", explica Pascuala.

Pero la vida peligrosa, dice el pintor, requería movimiento y aprender. Como Ilabaca no quería volver a pisar una sala de clases, decidió partir por tres años a España para visitar museos. En Gerona, nació Pascuala. Luego volvieron a Valparaíso, donde establecieron la que, en el futuro, sería la rutina familiar: un año de viaje por tres o...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR