La vida marina regresa a las costas de Iquique - 21 de Junio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 845440016

La vida marina regresa a las costas de Iquique

El 25 de abril pasado, unos videos comenzaron a circular en diversos grupos de WhatsApp. La toma no era exactamente la misma, pero el contenido se repetía. Frente a la península de Cavancha, en Iquique, una enorme ballena jorobada entraba y salía del mar resoplando y dando saltos acrobáticos. Un espectáculo natural que tenía atónitos a quienes lo observaban en vivo: ocurría a no más de 100 metros de la línea de edificios que se levantan en esta costa. Para algunos de los presentes, esto era otro efecto del coronavirus y la cuarentena: la naturaleza volvía para reclamar su espacio. Era lo que parecía explicar también lo ocurrido en otros lados: en Santiago, un puma caminaba por una vereda y saltaba una reja de madrugada; en Bogotá, un zorro se dejaba ver en un barrio residencial; en las vacías calles de Madrid aparecían de pronto patos y jabalíes.Pero en el último tiempo, los avistamientos en Iquique se han venido repitiendo; a metros de la playa, no solo en Cavancha. También en Patache, Patillo, Chipana o Pisagua se han visto ballenas, delfines, lobos marinos y enormes bandadas de pájaros zambulléndose en un mar que -dicen en la zona- pareciera estar hirviendo a borbotones. En lo que va del año, además, varios iquiqueños han vuelto a ver bonitos -emblemático pez que los locales conocen como "mono"- nadando pegados a la orilla, convirtiéndose en captura fácil y abundante para los pescadores. De hecho, un mono ha llegado a costar mil pesos en la ciudad, y en las redes sociales se ve, como una nueva tendencia, a familias que lucen felices este pescado -y otros como lenguados, cabrillas y apañados- en sus casas.¿Qué ha estado ocurriendo? ¿Por qué se ha comenzado a registrar lo que, dicen aquí, es una inusitada explosión de vida marina en estas costas?Para el experimentado buzo y fotógrafo submarino iquiqueño Fernando Olivares Chiang -que ha trabajado, con su empresa Marensepia, en la producción en terreno de famosos documentales como Our Planet , de Netflix, y cuyas fotos acompañan este artículo- la explicación es simple: "En este tiempo hemos podido apreciar el maravilloso espectáculo de la naturaleza generado por el frenesí de la anchoveta", dice desde su casa frente a Playa Blanca, en la afueras de Iquique, mientras por la ventana ve cómo el agua "hierve": son dos grandes cardúmenes de anchoveta -alimento fundamental para las especies pelágicas de la zona-, saltando en la costa. "Frente a nuestras playas, delfines, ballenas, lobos de mar, tiburones y otras especies que han entrado a la orilla a alimentarse nos deleitan con sus piruetas", dice.Pero Olivares Chiang está preocupado. Lo que tanto buzos como pescadores locales describen hoy como un "veranito de San Juan", podría terminar. El 3 de junio, la Corte de Apelaciones de Valparaíso rechazó un recurso de protección que el 13 de octubre de 2019 interpuso el pescador artesanal Sergio Guarache contra la Subsecretaría de Pesca. Este organismo (a través de la resolución exenta 3.075 del 12 de septiembre de 2019) había autorizado que la industria pudiese "perforar" -entrar a pescar- en la "zona de las cinco millas" de las regiones de Arica y Parinacota y Tarapacá, una franja reservada para la pesca artesanal y donde, precisamente, se concentra la anchoveta. La autorización, que se basa en el artículo 47 de la actual de Ley de Pesca, fue por dos años: desde el 1 de enero de 2020 hasta el 31 de diciembre de 2022.Dicha autorización, en rigor, no es nueva...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR