La vida es un descuento
Pero era feliz también.
Y más feliz aún, era el por qué estaba ahí: para darle una probada a la nueva tendencia de moda en internet: vivir con cupones de descuento.
Hace poco más de un año que en Chile comenzaron a aparecer las páginas con rebajas masivas, donde todos los días se ofrece un puñado de ofertas difíciles de rechazar. Desde blanqueamiento de dientes a 15 mil pesos, a fines de semana para dos con hoteles y una comida por 100 mil pesos. Desde tratamientos de keratina por 10 mil en vez de 50 mil, a rolls de sushi a 1.500 pesos o depilación láser rebajada de 200 mil pesos a 50 mil. Montañas de oportunidades, todas a bajo precio, y un sistema de compras a prueba de tontos: uno recibe los descuentos en el mail todos los días, hace clic en comprar, espera la llegada de un cupón y listo.
Comprar, comprar, comprar, barato, barato, barato. Da un poco lo mismo qué; antes vivíamos sin hacernos la keratina y la manicure por 6 mil pesos, ahora no. Ahora está a un muy buen precio.
Los estadounidenses, que acuñan sobrenombres y diminutivos pegajosos para cualquier tipo de tendencia o comportamiento humano, ya tienen uno para esta locura: "Groupon anxiety" o, en español: Ansiedad Groupon. Según el sitio Urban Dictionary, una especie de Wikipedia de frases coloquiales, es "la preocupación y la sensación de ansiedad y el insomnio que da el saber que un nuevo Groupon será liberado a la una de la mañana".
El remedio: revisar el sitio web de inmediato.
Con este sistema, Groupon, el gigante mundial en el tema, está a punto a salir a la bolsa y se espera que recaude 750 millones de dólares. En Chile ya ha aterrizado, o se ha creado, una decena de empresas que hacen lo mismo y ya hay un perfil de adictos: aproximadamente el 60 por ciento de los compradores son mujeres, profesionales o universitarias, entre 25 y 50 años, educadas y de nivel medio y medio alto. Groupon ya tiene cerca de un millón de suscritos a su maildiario de ofertas, y Groupalia, de origen español y segunda en Chile, cerca de 600 mil.
Me sumergí en la vida que ofrecen estas páginas, y pasé una semana pensando solamente en comprar barato. Todo partió un viernes, con un presupuesto de 100 mil pesos y un mundo de compras por delante. Me inscribí en tres sitios, los más grandes: Groupon y Groupalia. Probé también un recién llegado, Let's Bonus, empresa española, que partió en enero en Chile y ya tiene 500 mil usuarios.
No soy la primera en realizar esta experiencia. Hay un ejemplo anterior del Couponing, como se le llama a esta tendencia: Josh Stevens, un estadounidense de 29 años y varios kilos de más, que ganó una convocatoria de Groupon para vivir de cupones por todo un año. Stevens viajó por Estados Unidos, comió en todos los restaurantes que podía, hizo clases de alfarería y dio paseos en globos aerostáticos, todo sin usar dinero, sólo...
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