el vía crucis de Rosario y Jorge - 29 de Septiembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 741069961

el vía crucis de Rosario y Jorge

-Un supervisor nos dijo que lo acompañáramos a su oficina. Me preguntó si tenía los controles prenatales. Le dije que sí. Me preguntó si tenía fotos donde se viera mi embarazo. Le dije que no. Después le preguntó lo mismo a Jorge, que tampoco tenía -recuerda, desde la casa donde se aloja en Lima, Rosario Madueño.-Yo le dije que Rosario no había estado embarazada. Que habíamos tenido a nuestros hijos a través de un tratamiento de reproducción asistida, con un vientre subrogado. Le explicamos el problema de las fechas, que el parto de la madre subrogada se adelantó y por eso no alcanzamos a llegar -agrega Jorge Tobar.Luego, dicen ambos, llegó un tercer oficial contando que había hecho averiguaciones con Policía Internacional de Chile. Y que le habían confirmado que Madueño no había viajado embarazada desde Santiago. La respuesta que dio-, dice el matrimonio, fue la misma: "Porque tuvimos a nuestros hijos a través de un vientre subrogado".Jorge Tobar y Rosario Madueño, junto a sus hijos, fueron retenidos y perdieron el vuelo que despegó a las 8.30. Más de una hora después, les dijeron que tenían que investigar su situación y el caso pasó a la policía peruana. Volvieron a contar su historia. Dijeron que habían hecho el tratamiento de fertilidad con el doctor Luis Noriega, de la clínica Concebir. Luego los trasladaron hacia el cuartel policial del aeropuerto. Afuera, dicen, la noticia ya se había filtrado. Había reporteros y camarógrafos grabándolos, lanzando preguntas que no entendían.-Nos gritaban qué piensan hacer con los bebés, si era trata de menores -dice Tobar.-Uno me preguntó a cuánto iba a vender los riñones, si los iba a criar para explotarlos sexualmente -añade Madueño.Ya en el cuartel volvieron las preguntas. ¿Hace cuánto viajan al Perú?, ¿cuántos años llevan intentando ser padres?, ¿cuántos años llevan casados? También llamaron al doctor Noriega. Le explicaron lo que les estaba sucediendo. Así pasaron horas. A las 18:00, después de visitar a un médico para constatar si habían sufrido apremios durante su detención, dos policías los estaban esperando. Iban a quitarles a sus hijos.-Nos dijeron que estábamos siendo motivos de una investigación y que no íbamos a poder continuar con los bebés, porque era riesgoso, así que iban a mandarlos a un hogar -sostiene Rosario Madueño-. Yo les decía que no, me repetían tienes que entregarlos, pero yo no quería y lloraba. Pensaba: ¿cómo voy a entregar a mis hijos? Hasta que me dijeron que no me preocupara, y me los quitaron. Me explicaron que mientras antes declaráramos, más pronto íbamos a volver a estar con ellos. Pero esa nunca fue la verdad.Los llevaron a la Dirección de Investigación Criminal de Lima y les explicaron que los estaban investigando por trata de personas con agravante de venta de menores, además de falsificación de documento público. Les dieron la posibilidad de hacer una llamada y Rosario se contactó con su hermano.-Me dijo, por favor escúchame bien. Estamos detenidos, nos quitaron a los niños. No tenemos nada. Necesito que busques toda la documentación del tratamiento que tenemos allá, que compres un pasaje a Lima, me la traigas y consigas un abogado. Pero ahora, Pedro. !Es ahora¡ -recuerda Pedro Madueño.Jorge Tobar y su esposa fueron llevados a unos calabozos en el octavo piso del edificio.-Antes de entrar a la celda, una guardia me dijo, desvístase -relata Rosario Madueño-. Quedé en sostén y calzón. Ella me insistió, sáquese todo. Luego me pidió que me agachara. Lo hizo tres veces. En el calabozo había dos mujeres que estaban por drogas. Yo pensaba en qué momento terminé aquí.En 1993, Jorge Tobar y Rosario Madueño tenían 23 y 21 años. No se conocían, pero ambos estudiaban en la Escuela de Contadores Auditores de Santiago, cerca del Metro Tobalaba. Se conocieron a través de una compañera de Tobar que se atrasó en los ramos. Ahí descubrieron que no vivían tan lejos: Tobar, cerca del paradero 16 de Vicuña Mackenna, y Madueño, en una casa de Walker Martínez, en La Florida. Como ella usaba el auto de su familia, se ofreció a acercarlo en las noches cuando las clases terminaban. En esos trayectos se conocieron. Ella le dijo que venía saliendo de una relación larga, él que tenía algo con una muchacha en Concepción.Así pasaron dos años. Un día Tobar la invitó a un matrimonio y esa noche se convirtieron en pareja. Cuando egresaron de la carrera, ambos entraron a estudiar Ingeniería Comercial en la Universidad Mariano Egaña. Se titularon en 2003. Ese año él le pidió que se casaran. La ceremonia civil fue...

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