En vez de tolerancia cero, máximo autocontrol - 28 de Octubre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 743795717

En vez de tolerancia cero, máximo autocontrol

Un "espíritu de fronda y rebeldía", según lo llamó Alberto Edwards, visitó esta semana al Parlamento, forzando una transacción semántica entre aula segura, que encarnaba la visión del Gobierno, y aula democrática, que reflejaba al bloque opositor. En medio de escaramuzas verbales y estratagemas, se impuso -por ahora- la mano invisible de la opinión pública.Efectivamente, la violencia en las escuelas -entre pares, de alumnos contra profesores, de profesores hacia estudiantes, de padres y apoderados respecto de maestros- constituye un asunto prioritario en el mundo entero.Primero, porque tan alarmante fenómeno se halla en aumento. Segundo, porque se extiende la percepción de que las aulas y colegios están tornándose inseguros. Tercero, porque el desorden, las agresiones y abusos, la indisciplina y las conductas violentas dañan el clima escolar, inhiben los aprendizajes y anulan el propósito educativo. Cuarto, porque como resultado se frustran las expectativas de alcanzar mejores condiciones de vida de miles de jóvenes de sectores desfavorecidos. Y quinto, porque crece cual subterránea marea una sorda demanda por control, vigilancia, castigo y represión. Ver a estudiantes destruyendo sus colegios despierta el temor a reacciones autoritarias: el síndrome Bolsonaro.Pero el Gobierno, en vez de abordar de manera acotada este asunto -el de cómo sancionar con debido proceso la violencia delictual-, confundió las cosas al asociar su proyecto a una política más retórica que real de mano dura o tolerancia cero que, se anunciaba, sería capaz de reponer el orden escolar. Una falsa ilusión.También el bloque opositor equivocó el camino al calificar aquellos hechos violentos y conductas delictuales como sucesos puntuales y aislados, olvidando que ocurrían a la vista de todos en las pantallas de televisión y las redes sociales. Sin captar el repudio de la opinión pública, planteó la alternativa de un aula democrática, que levanta la convivencia comunitaria como antídoto frente a las conductas agresivas. Es decir, una suerte de buenismo progresista, a espalda de Hobbes y Maquiavelo.Entre tanto, ¿qué decir del asunto de fondo?Por lo pronto, la violencia escolar no es un asunto del que pueda hacerse cargo una ley. En efecto, las variables que inciden en ella son múltiples y de variada naturaleza. En la tradición socioecológica de Bronfenbrenner, se entiende que las conductas violentas están condicionadas por una serie de contextos, cada uno anidado en el...

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