Verdades y estrecheces tras la idea de reducir la filosofía en los colegios
Los del primer grupo son principalmente dos: 1) Se trata de dar cabida en el currículum a un curso transversal de formación ciudadana, dentro del cual filosofía cumpliría una función parcial. 2) Se busca crear condiciones de equidad igualando el plan común de la formación científico-humanista, de la formación artística y de la formación técnico-profesional, puesto que en esta última no hay filosofía. La nivelación se lograría con el mencionado curso de formación ciudadana, pues sería transversal a las tres áreas formativas. Entre los argumentos que no se mencionan tan abiertamente podrían señalarse otros dos: 3) Se constata que la forma en que se imparte actualmente la filosofía tiene debilidades e inconsistencias que la hacen poco interesante y valiosa para profesores y alumnos. 4) Se considera necesario promover conocimientos y competencias que contribuyan eficazmente al progreso material y económico del país, los cuales la filosofía no puede aportar.
Vale la pena examinar, aunque sea someramente, el peso de estos argumentos. Todos ellos tienen algo de verdad, pero adolecen de cierta estrechez y unilateralidad que ponen en entredicho su validez.
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- La inclusión del curso de formación ciudadana en el plan común obligatorio es, en principio -sin conocer todavía su contenido específico- algo muy oportuno y aconsejable, especialmente en el contexto actual de desafección y desconocimiento generalizado de los principios, valores e instituciones de los que depende un compromiso responsable con el bien común. Pero es evidente que la filosofía no puede ser una parte de ese curso concebido como un todo, sino al revés. La formación ciudadana presupone un fundamento de habilidades -aprender a pensar en forma autónoma y crítica-, contenidos -como el sentido y las condiciones del acto libre- y actitudes -por ejemplo, el respeto a las personas y la capacidad de escuchar y tolerar posiciones antagónicas-, todo lo cual se enmarca en la formación propiamente filosófica.
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- La búsqueda de equidad en el plan común de las áreas de formación científico-humanista, artística y técnico-profesional es en sí mismo un objetivo loable. Sin embargo, de esta manera no se justifica la nivelación de las tres áreas hacia la baja, reduciendo drásticamente la filosofía en dos de ellas. Por el contrario, lo más justo sería devolver a la formación técnico-profesional los cursos de filosofía que, según tengo entendido, perdió el año 2002. ¿O acaso esos estudiantes, que...
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