La verdad de Gerardo Joannon: 'Nunca les mentí a las familias' - 7 de Junio de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 514100698

La verdad de Gerardo Joannon: 'Nunca les mentí a las familias'

En abril un artículo de prensa lo involucró en supuestas adopciones y se relataron casos de guaguas que se dieron por muertas al nacer y que estaban vivas y en otras familias. Uno de los casos, el de una nieta del comediante Andrés Rillón, fue el que tuvo más revuelo mediático.

El padre Joannon dice haber tenido conocimiento de tres adopciones irregulares, donde define su rol: "Nunca busqué esto. Las familias me contactaron y mi rol fue acoger. Siempre, sin excepción, recomendé la vida. No solo porque soy sacerdote, sino que también porque en mi vida confesé a mucha gente que me mostró cómo su opción por el aborto las destruyó. Y cuando debido a la decisión familiar fue necesario contactarlos con un doctor para salvar una vida, lo hice. Y hasta ahí llegué yo. Nunca supe si nacieron o no, ni su sexo ni menos quiénes las adoptaban", dice hoy.

Y agrega:

"Estoy metido en una trampa: todos pueden atacarme gratuitamente e inventar cosas, pero yo, como sacerdote, no puedo hacer eso y, por el contrario, debo callar, cuidar sagradamente historias familiares, aunque eso atente contra mi persona. No voy a hablar mal de nadie ni menos juzgar. ¿Se da cuenta?".

Hace tres años vive en la casa que su congregación tiene en la calle José Faustino Sarmiento, en Ñuñoa, una casona refaccionada con un patio con dos naranjos y pocos muebles, a algunas cuadras de la Parroquia de la Anunciación (en Pedro de Valdivia), donde hasta marzo Joannon era párroco. Ahora está suspendido en esa condición, mientras dura la investigación. No en su calidad de sacerdote, aclara.

"Todos actuamos buscando el bien, protegiendo la vida, pero hubo gente que salió dañada. Por eso he decidido contar mi verdad y pedir humildemente perdón si provoqué dolor", agrega.

Su verdad comienza hace cinco décadas, en la iglesia de los Sagrados Corazones de la Alameda, cuando era un cura recién ordenado.

"Me produjo mucho dolor constatar cómo era el dolor de las mujeres que habían abortado. Dolor que duraba 40 años. Llegaban a veces mujeres mayores, viejitas, que me decían que no podían dormir por el recuerdo de esa guagua. Y a mí eso me marcó mucho.

"En esos años, un día llegué a la casa de mis papás a comer, y había como tres matrimonios invitados. Yo venía de conversar con una familia que estaba pasando por la experiencia de un embarazo no deseado y que quería abortar. Era la primera vez que me tocaba enfrentar algo así. Yo había quedado sin mucha respuesta. Tenía más preguntas que respuestas. Y en la casa de mis papás estaba el doctor Gustavo Monckeberg, un hombre de bien, mayor y prestigiado. Después de la comida le dije: 'Oiga, Tavo, ¿le puedo hacer una consulta?'. 'Claro'. Y nos fuimos al escritorio de mi papá. Y le cuento. Entonces ahí me dice él: 'Uff, esto es el pan nuestro de cada día. No te imaginas la falta de formación que existe, la necesidad de que ustedes den más pautas', '¿Por qué nosotros?, !todos¡', le decía yo. Y ahí me dijo, no recuerdo la palabra exacta que usó, pero me dijo: 'Me doy cuenta de que tengo la posibilidad de salvar vidas. Si tú tienes alguna persona que no quiere tener la guagua y no se siente capaz, llámame, ponme en contacto, porque yo por salvar una vida estoy dispuesto a ayudar. Si tienes algún caso, por favor cuenta conmigo, es cuestión de que me llames y que me cuentes el caso'. Tras esta conversación, que me sirvió mucho, porque reforzó mi convicción por la vida, descubrí que existía la posibilidad de recomendar la adopción. Poco puedo hablar sobre la familia que me había hecho la consulta, porque no corresponde que lo haga, pero esa guagua se dio en adopción.

"Estamos hablando de otro Chile, de una realidad muy diferente a la de hoy, donde el aborto era más común de lo que se cree. Así como un par de familias confiaron en mí, yo confié en dos doctores. Siento una admiración muy grande por el doctor Monckeberg, una gratitud muy grande, y encuentro que es un hombre que realmente pasó por el mundo haciendo mucho bien. Y haciendo mucho bien a gente de familias pobres, ricas, de todo.

"En esa época había fuerte presión de las familias por los embarazos no deseados. Hay personas que son más frágiles de personalidad y no se la pueden ante situaciones como esta. Y hay que ser comprensivos. Si yo estuviera en el pellejo de ellas, ¿sería capaz...

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