Lo que de verdad funciona
-Muchas veces los padres se enojan, se molestan, porque ante sus ojos sus hijos están bien, no observan mucha diferencia entre ellos y los demás niños. La tasa de sobrepeso está tan alta que se ha normalizado. Al de peso normal, lo encuentran flaco -acusa la doctora.
-Además -reconoce el doctor Santiago Muzzo, endocrinólogo infantil y académico de la Facultad de Medicina de la UDP-, aún existen familiares de niños que piensan que un niño gordo es un niño sano.
También están, por supuesto, los padres que creen que el problema "se le va a pasar cuando se pegue el estirón". Y que, por lo tanto, no hay que preocuparse ni menos hacer grandes cambios en la rutina familiar.
En este escenario, no es casual que los índices de sobrepeso y obesidad no paren de subir. Hace un par de semanas, el Ministerio de Salud dio a conocer un estudio que registra controles nutricionales en menores de seis años, en el sistema público. ¿Los resultados? Entre 2005 y 2015, la obesidad en ese segmento subió un impresionante 96 por ciento. Si se incluye al sobrepeso, la cifra sigue siendo alarmante: el aumento es de un 61,8 por ciento. Hoy, en Chile, el 12,4 por ciento de los preescolares tiene obesidad. Las estadísticas ubican a Chile como el país con más niños obesos en América Latina y sexto a nivel mundial.
Sobran los argumentos para dar la pelea contra la normalización del sobrepeso a la que alude la doctora Reyes. Según The Obesity Society, entidad multidisciplinaria que reúne a los especialistas en obesidad de Estados Unidos, el sobrepeso y la obesidad se pueden traducir en depresión, desórdenes alimentarios y problemas conductuales o de aprendizaje. En lo físico, la sociedad médica reconoce al menos diez riesgos para la salud asociados con el exceso de grasa corporal, entre ellos, resistencia a la insulina, diabetes tipo 2, asma, hipertensión, trastornos hormonales, daños hepáticos.
No hay que esperar a que los niños crezcan para que el cuerpo acuse el golpe. La doctora Amanda Staiano, vocera de The Obesity Society, advierte desde Estados Unidos:
-Los niños que están obesos muchas veces desarrollan asma y apnea del sueño, y el exceso de peso puede traer problemas ortopédicos, todo lo cual impide la actividad normal diaria. Pueden comenzar su pubertad antes. Un riesgo psicológico significativo es el daño provocado por el bullying. Además, tienen más riesgo de sufrir depresión. Problemas fisiológicos también pueden comenzar a una edad temprana, lo que con el tiempo puede llevar a la aparición de diabetes, enfermedades cardíacas, hígado graso y cáncer.
A los médicos les preocupa también la grasa que está, pero no se ve. Por eso hablan de lo que se conoce como niños TOFI (thin outside, fat inside): se ven como si tuvieran un peso normal, pero por su tipo de alimentación tienen grasa dentro de los órganos. Estos niños tienen muchos factores de riesgo asociados a su condición. A los 12 años ya pueden tener enfermedades "de adulto", como hipertensión o hígado graso.
Pero la creciente información sobre los efectos del exceso de grasa corporal no ha sido suficiente para reducir la obesidad infantil. Ni siquiera cuando los padres finalmente aceptan que hay un problema y deciden hacer algo al respecto.
-Te dejan al niño en tratamiento y te dicen: bájemelo de peso. Eso no sirve -acusa Karolina Lama, psicóloga...
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